Belleza Rara
No era muy alto, pero tampoco es posible decir que era bajo,
el tono de su piel no podría describirse con facilidad.. quizás moreno pero al
verlo desnudo las zonas cubiertas del sol se mostraban blancas o quizás
pálidas, su pelo no era lacio ni crespo, quizás con zonas de un tipo y otras
del otro, su rostro era lampiño y su cuerpo hirsuto, su aliento era a menta,
pero no de esas mentas que proyectan frescura, no era feo, no era guapo, era.. distinto.
Su tomo de voz irradiaba confianza, y sus labios rojos y
algo resecos provocaban algo que no era besarlo exactamente, quizás solo saborearlo,
percibir su textura… te miraba siempre a los ojos y aun así no te mostraba
confianza plena, y al hacerte el amor (o tirarte como prefieras), era distinto,
no era malo, no era bueno… era simplemente él.
Marcelo, como le gustaba que lo llamen pese a que se llamaba
de otra forma, es un joven de 23 años, dedicado a brindar placer, inicialmente
a mujeres poco agraciadas y hoy de modo mas rentable e incluso con demanda a
hombres solos o con interés en el matiz de sensaciones o en experimentos juguetones
a los que muchos no acceden fácilmente en relaciones casuales o menos con sus parejas
formales, Marcelo se permitía esas cosas distintas... sometía y se sometía,
jugaba con fluidos o incluso con desechos, adoraba la ternura o la agresión, y
si la tarifa lo permitía no dudaba en aceptar quedar marcado por algún mordisco
o manotaso intenso , ese era su talento y por eso su saturada agenda. Me tocó
tratarlo en cierta ocasión por un mordisco en los labios que tardó en recuperarse,
aprovecho ese detalle para ofrecerse “sin
Besos solo con lamidas!.. me pareció genial su forma de hacer de la desgracia
una oportunidad de seguir en el juego, nos hicimos amigos y me permito soltar
su historia con alguna sazón para hacerla entretenida-
La ciudad, la nuestra, le quedo pequeña, hoy radica en una más
grande y parece que el negocio ha ido mejor, me cuenta que espera juntar algo más
de dinero para arreglarse la nariz y los labios y quizás intentar con videos
eróticos o pornográficos, se siente joven a sus 24, y espera sacarle el jugo a
sus perversiones hasta los 30, edad en la que iniciará el ejercicio de la
arquitectura, profesión que le ha sido pagada por varios que contribuyeron con
su cuota por el placer que Marcelo otorga con generosa frecuencia.
Hoy lo veo con detenimiento, sigo sin entender como esa
simetría peculiar puede entenderse como bella para muchos, como ese tono de voz
áspero y escases de palabras puede rentarse como compañía, como ese aroma solo
a él lo puede hacer memorable.. me rio para mis adentros y entiendo que las
personas, somos tan distintas, de gustos tan variados, de extrañas formas de entendernos,
y felicito al atrevido Marcelo, que notó esto hace mucho antes y realmente, le
sacó el jugo con la meta clara de permitirse hacerse feliz, ayudando al resto a
serlo.
Van de plus algunas fotos del caso..