martes, 29 de diciembre de 2009

FeliZ.. AñO 2009 .. qUe Se vA..


Terminar el año conmigo mismo.

Este año me resultó extraño, lo inicie solo, un poco preocupado por esa situación, nunca me atormentó, pero esta vez sentí la necesidad de contar con alguien que me brinde su respaldo, que diga que si a mis locuras, que me acompañe a tomar café, que se burle de mis extremos, que controle mis excesos, que solo esté ahí, calentando el lado derecho de mi cama, leyendo las novelas que acabo de leer para entenderme en mi pasión, que solo calle cuando quiero discutir, que me reclame con frases breves, porque así me dominan, que sea mío, para ser de él.

El tiempo fue ordenando las cosas, mis amigos, los mejores, estuvieron allí arrancándome sonrisas, nació el blog que me ha permitido mil cosas, dentro de ellas, comunicarme, sabiendo que al menos alguien es receptor de mis catarsis gay, las mismas que no suelen ocupar otro espacio, ya que mi opción es solo mía.

Intenté retomar aquellas cosas que hacían falta, amar por ejemplo, pero parece que aun no es el momento, yo no estoy listo, o no encuentro a la persona que lo esté para mí, en todo caso, las cosas no han ido mal, he conocido nuevos amigos, los he conocido en nuevas circunstancias, he aprendido a quererlos en sus defectos y en virtudes, crezco con ellos y en ellos, sé como arrancarles una sonrisa y me aprovecho sanamente de eso, están ahí para mí, y saben que pueden contar también conmigo, de la forma incondicional que permite la razón asociada al afecto.

De todas maneras, concluyo el año, mejor de como lo inicié, y ese balance es perfecto, se dan pasos, no se retrocede ni para tomar vuelo, y la marcha debe ir con predominio de sonrisas. Hoy mi lista de contactos es enorme, y gracias al “gay. cuentos ” , aun mas, y para ser sincero, la conversación jamás se inicio con un interés que no fuese el más sano intercambio de alguna frase cordial, y hasta de algún consejo, consejos que también recibí, y que agradezco.

Esperemos que aquello que nos depare el 2010 sea mucho más gratificante, que la sonrisa se convierta en carcajada, y que el corazón encuentre otro con quien latir al unísono, mis mejores deseos para este próximo año, un fuerte abraso y éxitos.

CarlosD.

jueves, 24 de diciembre de 2009

FeliZ NaviDaD


Un Regalo, Una PromesA


Un Regalo, para un día especial

Faltaba poco para que llegase la noche buena, tan solo un par de días, Carlos caminaba mirando a la nada mientras en su mente se dibujaban mil opciones de lo que necesitaba, “el regalo ideal” para Humberto, su amigo, su amante, cómplice, confidente, el amor que su vida. Lo había conocido hace ya 3 años un día como este, de navidad, doble motivo de celebración.


Era una decisión difícil, a Carlos no se le ocurría nada y se le ocurría de todo, conocía muy bien los gustos de su pareja, y precisamente por eso, sabía que la misión emprendida era de lo más difícil. Carlos quería un regalo peculiar, hacer sentir especial a Humberto, y al mimo tiempo ratificar el amor que sentía por este ser tan especial.


Carlos había conocido a Humberto cuando éste aun estaba en la universidad, estudiaba sistemas y recién este año, obtuvo su titulación, lo conoció artista y este año había podido publicar su primer poemario, lo conoció solitario, y hoy está rodeado de mucha gente que lo adora y que reconoce en él un ser excepcional, en ese grupo me incluyo, los estimo a ambos de modo especial. Tras un año de éxitos, concluir el año con un regalo especial se convierte en una tarea muy difícil.


Finalmente, Carlos concluyó que no existía regalo que se pudiese comprar, decidió hacerlo el mismo, una historia de 3 años de felicidad, con altas y no tan altas, con risas y lagrimas, rodeados y en soledad, y con amor en cada momento, ellos celebran su momento de calidez navideña el 23 por la noche, se instala la mesa, velas y vino, carne y ensalada, frutas secas y la tibieza de una conversación eterna, el 24 cada quien debe retornar a la casa familiar, así que el día previo es su noche perfecta, eterna y mágica.


Carlos llegó a casa, cogió un lápiz y una hoja de papel, y escribió las líneas que obsequiaría a Humberto, no gastaría dinero, pero si la emoción de ser sincero y mostrar desnuda su alma sin vergüenza ni reparo.

Es tercera noche que brindo por ti y contigo
Que el alma late y transmite ese latir al cuerpo
Que los pensamientos se hacen exclusivos,
Y que se brindan solo para ti.
Esta tercera noche tiene la previa hace un año
Y esa la del año anterior,
La sensación se mantiene intacta
y soy feliz de que sea así y lo siga siendo
Sabes que te amo, y es extraño
Jamás frase así fue pensada para un hombre
Mi corazón de hombre se dominaba por una mente de hombre
Pero tú has roto el esquema de mi estúpido dominio racional.
Y soy feliz por eso.
Mi compromiso es estar para ti,
He estado siempre, en esta vida y en la previa
Y he decidido mantenerte a mi lado en todas aquellas vidas que vengan
Me haces feliz, y espero hacerte dichoso también
Y no espero cambiar esa sensación que me hace mejor
Que me hace un mejor hombre, hijo, hermano
Que me permite sonreírle al mundo
Solo porque en mi corazón te estoy sonriendo a ti.


Estos son mis votos Humberto, mi compromiso y espero los aceptes

Te amo.

Carlos leyó sus líneas y sintió un frio extraño, eran sus votos, era su compromiso de eternidad, era un Carlos nuevo, aquel que había crecido y madurado acompañado de ese ser especial que todos quisieran, no le reclamaba nada a la vida, le agradecía mucho, tenía en su mente el temor, de que aquello que lo hacía latir en ese momento, no fuese cierto, pero lo era, era cierto y real.


La noche del 23, frente a las velas, Humberto entregó a Carlos una caja pequeña, le había leído la mente a Carlos, en su interior dos aros y una promesa, amor mas allá de la vida, Carlos leyó sus votos, Humberto lloró, y aceptó.


Ambos lucen en sus cuellos colgados de una cadena muy fina ese aro que ratifica su amor, recuerdan ese tercer 23, y saben que la risa sincera que genera ese recuerdo, es la muestra exterior de un compromiso eterno de compañía en el amor y que el próximo 23, será la celebración de un año distinto, un año de amor asociado a la pertenencia del uno al otro.


sábado, 19 de diciembre de 2009

Se busca....

Se busca al valiente en Arequipa

Esta vá de pedido.... espero coincidan nuevamente, (un abraso Carlos )
Esa noche ya pasaban de las 12, habíamos tomado un taxi al salir de ese bar, si bien es cierto ambos nos habíamos citado en un plan gay, ya que tu y yo lo somos, las cosas que hicimos fueron de lo más comunes, algo de pizza, y unos tragos hasta en tres diferentes bares, la conversación de lo más fluida, y mil cosas en común, me gustaste y creo que genere un efecto similar en ti.

Tu sonrisa era perfecta, mostrabas todo de ti con solo abrir los labios. Ese taxi fue el cierre perfecto, me miraste a los ojos brevemente y me robaste un beso, el taxista fijo sus ojos en el retrovisor, y generó en su mirada mil sentimientos encontrados, todos vinculados a la sorpresa, al escándalo, a la crítica y al desprecio, a mí solo me sorprendiste, gratamente por cierto, esos labios gruesos me besaron sin yo pedirlo, sin yo simplemente insinuarlo, sin pudor, ignorando al resto y sus tabúes, me arrancaste una sonrisa y mi número telefónico, ahora solo espero que llames.

Un beso.

martes, 15 de diciembre de 2009

IX. El inicio tras el fin


IX. El inicio tras el fin


Lima, agosto 3 del 2005


Querida mamá,


No sé si esta carta quedará en ti, o quizás se muestre, de ser así, el saludo debe ser más amplio, ir a quienes hoy están tristes por mí, y seguramente han llorado o se han lamentado por lo ocurrido, no pretendo convencerlos de que lo que hice ha sido lo mejor, pero aun a puertas de hacerlo me siento calmo, y tranquilo en mi mente y corazón, temeroso de Dios pero rogando su entendimiento.


La vida me ha retado varias veces, se me acabo temprano, pero pese a eso, creo que me permitió evolucionar, me dio espacios de felicidad y me permitió llorar, y he sido feliz de hacerlo, porque es la prueba más grande de que he querido, te he querido a ti mamá, a papá, y sentido ese amor distinto que me hizo sonrojar, ser apasionado, sentir y hacer sentir, me gustaron ellos, así me toco ser, gay, y creo que tu lo sabías, pero las formas de liberar mi sexualidad, jamás fueron aquellas cosas de las que se habló de mí, y eso me brinda un orgullo sutil, y mantiene mi conciencia en paz, sobre todo por ti y por los nuestros.


Soy cobarde, Tú lo sabes, la sola idea del dolor, me dolía más que el tormento de la enfermedad, no podría enfrentarla, y seguramente sobre esto daré vueltas en el resto de la carta, pero mi razón principal, el detonante de la fuga es mi cobardía. Tengo un cáncer avanzado, no hay retorno, habla con Marco , el doc, el te explicará, hubiesen sido semanas de dolor, y una imagen totalmente distorsionada de quien soy, no quería que me recuerden así, no quería enfrentarme a ese destino. Por eso me fui.


Anoche, mientras arreglaba las cosas, terminaba de poner en orden mi vida, sentí que las cosas que he pasado han sido las necesarias para poder decir que he sido feliz, me toco hacer aquello que se debió, en el momento preciso, no antes como para estar incapacitado para hacerlo, ni después como para que me lamente de no haberlo realizado antes, ojeaba el álbum de fotos, y noté que en casi todas ellas luzco sonriente, desde aquellas amarillentas por el paso del tiempo, hasta las mas recientes, y algo agradadle además es ver en ellas a gente que ríe conmigo, que es feliz compartiendo mi felicidad, que asumo es porque nos une algo más que el solo hecho de conocerlos, debe existir cariño, sincero, y de verdad.


Hoy veo todo en colores, creo que esas pastillas hacen el efecto que uno espera… y mas, hasta me permito sonreír cuando una que otra lágrima transcurre por mi rostro, es parte de cobardía, o una muestra real de que sé sentir. Siempre fue grato besarte en la mejilla, o la de papá, no solo de niño, sino hasta hace poco, fue sano ser uno mismo cuando se trata de sentir, me he permitido llorar cuando lo necesitaba, y he necesitado llorar hasta cuando he disfrutado de una película romántica, cuando he visto a un niño sonreír de la dicha de reencontrarse con su madre, o hasta en algún mensaje difundido en la red dando cuenta de algún evento que conmueve o nos haga reflexionar sobre hechos de vida que trascienden, sentir de verdad ha sido rico, y con eso se crece, y nunca se crece solo, ustedes han acompañado esa etapa, y hoy les agradezco por haberme regalado esa forma de ser.


Me he rodeado de muchos, y muchos de ellos los he llegado a querer, así que mil perdones a todos por este exabrupto de cobardía, no sé si me entiendan, en el fondo de mi alma espero que sí, aunque no los culparía de no hacerlo, en todo caso, y con ese único excepto en nuestras relaciones, espero que el resto de nuestra convivencia haya sido grata y me haya permitido dotarlos de algún momento grato, o de significancia, siempre he intentado ser para ustedes un buen amigo, en mera retribución a tanto amor ofrecido por ustedes.


Mamá, te amo, y donde esté, porque esto del amor es eterno, te seguiré amando. Háblame en las noches, que estaré cerca a ti escuchándote, no dejes de usar esa fragancia de jazmines, que es el olor que atesoro en mi corazón de niño y en el de hombre, no cambies tus sonrisas por lágrimas, porque que sonriente eres la mujer más bella del mundo y así te asesoraré en mis recuerdos, si es que se permiten llevarlos con uno.
Un beso eterno


Tu hijo.



Esa noche fue la escogida, no especial ni conmemorativa, hasta ese entonces, en el velador un vaso de agua, y algunas tabletas, regadas en el piso, el frasco vació cerca de la cama, el estaba recostado abrazando su almohada, como durmiendo, su expresión era tierna, su imagen no era trágica, más bien pacífica, ya no estaba, la esencia de su cuerpo lo había abandona, su cuerpo ya no sentía, ni dolor físico, ni angustia mental por el dolor, él creyó que era lo mejor, y probablemente, Lo Fue.

lunes, 7 de diciembre de 2009

VIII. Detonante


VIII
Detonante


Esto no estaba planeado, solo ocurrió y se inició el fin, el principio del fin, en todo caso. Esta historia comenzó por su final, nunca lamenté, ni me quejé de Dios, ni me autocuestioné el por qué yo?, solo me enteré, lo entendí, me proyecté y decidí, no sé si esa practicidad sea sana, o si debí pensar en los cercanos a mí, aquellos que me quieren, o si en el fondo, es por ellos, que mis decisiones se hicieron radicales y definitivas. Yo adoro mis recuerdos, y no quería una vida corta y plagada de recuerdos tristes, la suerte estaba echada y solo era cosa de terminar el juego.


Esa mañana, amanecí con el típico malestar de una mala (o buena según sea el caso) noche de tragos, aquel malestar asociado un desagradable sabor bucal, dolor de cabeza, sensación nauseosa y ganas de soledad, en realidad, la noche previa había sido agitada, algo de alcohol, tabaco y fiesta, pero nunca había tenido una resaca tan marcada. Hice lo de costumbre, abundante líquido, algún analgésico, y descanso, la resaca nunca pasó, me acompañó tres días más, al punto de hacerse insoportable, ese tercer día empecé a sentirme mareado y por la ausencia de alimentos, y demás signos por la falta de energía, decidí visitar a un buen amigo, médico además.


Tras narrarle lo ocurrido indicó un par de ampollas y unas tabletas, líquidos y dieta, lo que cumplí al pié de la letra, y al cabo de unas horas, realmente me sentí mejor, desde ese día mesuré mis transgresiones digestivas y eliminé el tabaco y el alcohol, pese a eso perdí el apetito, cuchareaba y me llenaba pronto, así que aproveche la ocasión para ponerme en línea, al cabo de un mes bajé como 6 kilos, lo que me hacía lucir mejor, aunque un poco pálido y letárgico. Al siguiente mes, el descenso de peso se marcó, tuve que comprar nueva ropa, ya dos tallas menos, y mi facies me preocupaba, no irradiaba bienestar y eso no es bueno, visité a Marco, así se llama este amigo, y preocupado me indicó algunos análisis, una ecografía y una endoscopía, saliendo de ese procedimiento me hicieron una tomografía casi inmediata, todo lo realizaron amigos de él cada quien especialista en su campo, esa fue una tarde muy agitada. Tras esa minuciosa exploración, Marco y su colega gastroenterólogo, me citaron en su consulta para informarme lo encontrado, yo acudí puntual, preocupado y solo. Les había comentado a mis padres que me hallaba haciendo unos exámenes, pero con la tranquilidad, de que se trataba de un problema gástrico leve y que me sentía ya mejor con el tratamiento iniciado, ellos estaban tranquilos con esa información.


Esa tarde Marco, estaba sentado en el sillón de su consulta, lucia su chaqueta blanca, y sus lentes de montura colorida, su rostro era el más serio que jamás le había visto, me miró fijamente, y me dijo, “tas jodido, tenemos que iniciar una batalla que no nos da tiempo para planearla mucho”, yo no lo entendí muy bien, su amigo me cogió del hombro y me dijo, tienes un cáncer gástrico de estadío muy avanzado, solo tenemos quimioterapia, y algunas opciones alternativas, la cirugía es inútil, ya que hemos encontrado varias diseminaciones en hígado, hay que prepararse para lo que se viene. Su amigo soltó mi hombro y se retiró del consultorio.


Marco, me miró fijamente, lo conocía varios años, era el hermano mayor de uno de mis mejores amigos, nos hicimos muy cercanos desde que coincidimos en una discoteca gay de la zona más residencial de la ciudad, fuimos cómplices en el secreto, y ahora en este dolor extraño, que me hacía ver las cosas en blanco y negro, sin chance a grises, que humedecía mi ojos, pero no permitía el llanto, que me dolía por ellos, más que por mí mismo, Marco, me seguía mirando fijamente, sus ojos estaban rojos al borde de la explosión, creo que hasta su voz se entrecortaba, no te ofrezco ganar la guerra, pero al menos la haremos larga, te lo prometo, yo lo acerqué a mí, y lo abracé fuertemente, le susurré un gracias, en mi corazón y mi mente la decisión ya estaba tomada.