martes, 27 de septiembre de 2011

A modo de pretexto!!


A modo de disculpa
Tu ausencia me ha robado la inspiración, me cuesta conciliar el sueño por estar evocándote, me ausento de mis obligaciones por andar presente en la estrategia de traerte, me lamento de no reír contigo, pero sonrío de con tu recuero, sé que no hay pretextos para no estar conmigo, para no dedicarme a lo que me corresponde, para producir aquello que es mi obligación, para ser yo contigo, solo que no te tengo, y sabiéndote mío, teoría se enfrenta a lo real, no estás, no me contagias calor, ni complicidad, ni placer, estás ahí , pero estas lejos.
No puedo dedicarme a mis líneas, así que te uso de pretexto para mantenerme en vigencia, estoy seguir que tenemos que retomarnos, y espero sinceramente que tras esa recarga de ti, vuela a ser yo, a rescatarme, a inspirarme, a sonreír contigo y por ti.

lunes, 12 de septiembre de 2011

GustOs...

Gustos…

 
Jano 16 años

Cuando esté con un hombre por primera vez me gustaría que sea maduro, como de 24, alto y un toque fuerte, que me haga feliz, que tenga un cuerpo de gimnasio, la barba crecida y sea ligeramente velludo, que me lleve a bailar, me invite unos tragos, me lleve a su cuarto o a un hotel, me desnude con suavidad, me coma a besos, y me haga el amor suavemente, que pase la noche conmigo, y al amanecer me prometa volverme a ver, y sea solo mío.



Gabo a los 19

Quiero un hombre de verdad, no de esos que dicen ser activos y te tocan más delicados que una flor, suenan a estafa, alguna vez hasta me sorprendieron con ropa interior de encaje y demás delicadeces, no lo quiero muy grande, hasta los treinta se ven bien, alto, delgado, y sin vello, de labios delgados, y pelo corto, me gustan las nalgas duras y las piernas fibrosas, y en la cama, que disfruten de mi, que aprovechen estas formas que el gimnasio a moldeado, que me agarren el pene mientras me penetran, que muerdan mi espalda sin marcarme, y que les quede animo para repetir la faena una y otra vez.



Juanjo 24

Hoy me desencanté de Luis, ya me cansé de verlo tan seguido, si no fuera por Martín y Robin, que aburrida sería mi vida, Luis tiene el cuerpo perfecto, y se deja hacer de todo, pero eso es lo que me cansa, no pone de si, está bien que sea yo el activo, pero tampoco, tampoco pues.. si Martín no fuera tan delicado, sería perfecto como para algo serio, y si Robin que es machito e inteligentón, y no fuese tan feo de rostro, arrancaría con él. Ya llegará el hombre perfecto.

Marco 30

Adoro amanecer junto a Francisco, adoro su aroma por la mañana, hasta ese aliento acidón me conmueve, sus formas jóvenes y trabajadas, su timbre voz cuando me canta, y hacer el amor con él, es como danzar tras el ensayo diario, fluido, rítmico, mirar su rostro cuando estoy en él, verlo morderse los labios mientras esboza una sonrisa, no me veo sin él, no existo sin él.

Joseph 36

No hay como un chibolo, entre los 20 y los 25, duros, y agiles, que sepan lo que quieren, pero que se dejen hacer lo uno quiere, en fin uno los compensa, que te besen con fuerza, que te cojan de los hombros fuertemente, mientras te penetran estando de pie, que sean suaves pero marcados por el ejercicio, sentir su arremetida agitada, y su respiración sobre mis hombros susurrándome alguna que otra grosería mientras lo hacen es lo máximo.

Diego 46

Lo extraño tanto cada vez que sale de viaje, su trabajo es terrible, pero lo compensa con creces cada vez que retorna, me conoce tan bien que no tengo ni que darle mis tallas, ni especificar el color de lo que me compra, sabe a que huelo y siempre acierta en los perfumes, me lee la mente cuando me compra un libro, y lo mejor es que yo he conseguido hacer lo mismo para él, si eso es amor, ando enamorado desde que lo conozco, desde que decidimos vivir juntos, desde que amanezco a su lado y soy solo de él y para él.

Felipe 65

Su partida solo me deja con la ilusión de reencontrarlo, quiero devolverle todos esos besos que me dio estos años, creo que me besó mas a mí que yo a él, así que esa está pendiente. Me hizo feliz, y no sé si conseguí lo mismo en él.





jueves, 1 de septiembre de 2011

Sí, soy YO

Sí, Soy yo..

Arturo caminaba pensativo por una calle estrecha poco iluminada, eran ya las 5 de la mañana, pero el sol no se decidía a salir, los efectos del alcohol se había disipado como por magia, su mente giraba en torno a imágenes entrecortadas, mudas, agitadas, su corazón se aceleraba, lo invadía la angustia.

La noche anterior, habían salido en grupo, compañeros de universidad en una clásica andanza de alcohol y desarreglos, habían tomado en un bar del centro de la ciudad, tras eso a una disco de moda, que por cierto estaba repleta, el alcohol había inhibido el recato y cada quien estaba más galán que el otro, así que bailaron y se insinuaron a más no poder a cuanta niña les dirigía la mirada, Gustavo el mayor del grupo (andaba en 23 mas o menos), ligó y desapareció rápidamente, los otros 3 amigos se recogieron a seguir tomando, pero ya en casa de Mauricio, quien vivía solo, en un cuarto para universitarios, lo que le permitió ofrecer sus dominios para continuar la faena, una botella de ron y una coca enorme fueron la sazón para esa aventura, eran casi las 3 de la mañana y la noche se ponía interesante.

El cuarto de Mauricio era amplio pero escaso de mobiliario, una cama, una pequeña mesa y dos bancos, una jarra para la mezcla, algo de música en bajo volumen, y conversa casi a gritos, Lalo, abandono la causa, pidió un taxi y salió tambaleándose, no eran ni las tres y media, Arturo siguió sirviendo ron, y Mauricio fue el cómplice perfecto para la empinada.

Al cabo de varios tragos, el rostro de Mauricio cambió, se hizo inquisidor, y al mismo tiempo risueño, dejó el banco para sentarse al borde de la cama al lado de Arturo, a partir de ahí comienza la tormenta mental de Arturo, tiene frases a medias en la mente, “me gustas” “siempre me atrajiste” “que suaves son tus manos”” puedo besarte?”,tiene imágenes trastocadas, ropa que se retira del cuerpo, desnudez torpe, besos grotescos, y manoseos no menos sutiles, se mira tumbado en la cama con Mauricio desnudo encima, alto y delgado, fuerte, recuerda lo irritante de su barba castaña como su pelo, crecida, arando su rostro, su pecho, su pene, lo recuerdo agitando toscamente un pene que luchaba por erectarse, y que tras conseguirlo, fue introducido en una boca tibia y húmeda, las imágenes van y vienen. Recuerda a un Mauricio a Horcajadas sobre si, en cuclillas s mientras humedece con saliva el pene de Arturo, y lo guía al ingreso, recuerda en vaivén reiterado, y sin final, recuerda a Mauricio tendido a su costado, al despertar, desnudo, no lo recuerda desagradable ni avergonzado, el sentimiento es indiferente y distinto.

Recuerda haberse vestido rápidamente, lavado el rostro y salido cauto, como si hubiese pecado, corrido unas cuadras como escapando, y calmado el paso en esta callecita angosta y poco iluminada.

Estas cosas pasan se decía mentalmente, debe haber sido el alcohol, seguramente no hicimos nada y mi imaginación me hace la pasada… se preguntaba y respondía mentalmente, se rió para sí cuando empezaba a convencerse de lo poderosa que podría ser su imaginación.. llegó a casa, se desvistió en el baño y se contemplo al espejo, su cuerpo tenía las marcas que su imaginación había dibujado, caricias que oscurecen la piel y la ponen vinosa, en cuello, pecho e ingles, su pene irritado y sus nalgas como si las hubiesen amasado, negaba lentamente frente al espejo, se tocaba cada rincón señalado, empezaba a recordar, se odiaba y odiaba a Mauricio, los minutos pasaban, y en su entrepierna empezaba a delatarse un sentimiento descubierto, mientras mentalmente repetía las escenas toscamente recordadas, una erección generosa se proyectó extrañamente, Arturo cerró los ojos y se masturbó, fuerte y toscamente, emanó voluminosamente y se lamentó de no tener nuevamente a Mauricio en ese momento.