sábado, 31 de diciembre de 2011

Cambios Optimistas


Cambios Optimistas
Y qué de nuevo para el 2012, la idea es hacer algunas propuestas personales que consigan hacer del año que viene un mejor año, por mi parte yo prometo:
-          Extrañarte menos, porque pretendo tenerte más tiempo conmigo
-          Leer, leer y leer, cuando mi mente fuga entre las letras, mi corazón late con más entusiasmo.
-          Reír frente al sol durante el verano, estornudar generosamente  frente a las flores de primavera, usar el otoño de pretexto para el relajo, y engordar durante el invierno.
-          Cantar en la ducha con más intensidad,  renegar menos cuando haga los quehaceres, comprar lo que necesito y exagerar en aquello que me dé placer.
-          Ver menos televisión, escuchar más música, visitar a los amigos y recibirlos en casa, renovando esa rutina con cada inicio del día.
-          Tratar a la gente con mas sonrisas, usar menos palabras para decir más cosas, caminar acompañado y ser yo, antes que ser aquel que ellos prefieran.
-          Mirar al resto como si estuviese al espejo, rescatar sus dones antes que sus defectos, encontrar lo bueno pese a que sea obvio lo malo, no responder si eso causará mas conflicto, seguir la conversación si eso convencerá al resto.
-          No olvidar a mis amigos.
-          Dar las gracias
-          Pedir perdón.
Asumo que el crecer te hace reflexivo, no niego que quiero viajar, comprarme un auto nuevo,  ascender en la oficina, y agregar unos ceros a mi cuenta bancaria, pero asumo que eso llega solo, que el cambio de año, no es la puerta por la que dichos cambios entran en la vida, así que mientras tanto a seguir con lo propuesto que ando seguro permitirá mil cosas mas aun siquiera deseadas.
Bienvenido 2012

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Osos y Rarezas!!

Osos y rarezas.
Javier es delgado, muy delgado, alto y de mirada triste,  está iniciando sus treintas, vive con Mauro, su novio, trabaja en una editorial, es responsable del arte. Conoció a Mauro, en una red social en la que se hacían pedidos extraños, el pedido de Javier, fue el querer encontrar un hombre de su edad, subido de peso y  recubierto de pelo.
Mauro está de viaje, trabaja como visitador médico de una línea pediátrica,  cuando contactó con Javier, supo que eso sería serio, él quería a alguien diferente, “extraño” puso en su solicitud, Y Javier ciertamente que lo era.
El primer encuentro fue sexual, ambos cambiaron teléfonos, se oyeron,  se agradaron, rieron mucho en esa primera llamada y abiertamente quedaron en encontrarse para tener sexo, claro,  si pasaban la premisa esa de la química, cosa que se dio de inmediato. La cita fue en una placita  cerca a muchos hotelitos de hora y media,  y tras un apretón de manos insinuoso, caminaron juntos a uno de esos albergues,  se registraron sin vergüenza y subieron a un cuarto lleno de espejos, sábanas rojas, y cerámico negro en el baño.
Javier se tendió en la cama con ropa, y le pidió a Mauro que se desvistiese lentamente, Mauro quiso besarlo y Javier rehuyó con delicadeza, Mauro lo tomó tranquilamente, ya verás se dijo, y se quitó las botas, tenía calcetines negros muy finos, luego desabotonó su camisa a cuadros quedando en jean, su abdomen dominaba el panorama, era alto, como de 1,80, usaba el pelo al ras con  patillas y barba , sus cejas gruesas enmarcaban unos ojos enormes y negros, la nariz recta y los labios finos, era guapo, el cuello corto y el pecho ancho, los pectorales recubiertos de grasa mamilar tensa, y sobe ésta una cubierta de vellos negros que se extendía hasta la espalda y sobre los hombros, su abdomen prominente, esférico, se proyectaba por sobre el pantalón, Javier lo miraba excitado.
Mauro desabotonó la enorme hebilla de su correa de vaquero  y la dejó caer junto con el pantalón,  un bóxer ancho de a cuadros, corto, cubría un pene erecto proyectado sobre éste. Luego retiró el bóxer, dejándose ver desnudo, solo con esas medias negras finas, era hermoso para Javier, sus nalgas enormes pero duras, sus piernas torneadas pero de un calibre exagerado, todo sazonado por esa pilosidad ensortijada que cubría cada rincón, cada pliegue, cual maleza en un campo abandonado y humedecido,  su pene se proyectaba erguido, era grueso en su base, pero afilado a la punta, el prepucio había sido retirado, y el glande se mostraba rojizo, brilloso,  desafiante, Mauro se tendió sobre la cama, y fue ahora Javier quien lo llenó de besos.
Hicieron el amor enloquecidamente, la gordura nunca fue sinónimo de torpeza, Javier no se desvistió, no mostró sus formas lánguidas y afiladas, solo desabotonó su pantalón y lo bajó sutilmente para que  su amante lo penetrara agitadamente, antes de que éste concluya, escapó sutilmente para girar a su oso y enfrentarse a sus nalgas con un pene enorme, muy largo como él mismo, de glande ensanchado, fuerte y recubierto de piel canela, lo penetró sin vacilación, ni la frondosidad pilosa del ingreso impidió la batalla que lidió ese guerrero ansioso;  la fricción fue violenta y el fin humedeció la espalda hirsuta de un Mauro extasiado.
Se reía para sí mismo, pero con energía, Javier preguntó qué pasaba, y Mauro solo atinó a decir, que le resultaba todo lo extraño con lo que él había soñado siempre. Son novios hace más de  un año, viven juntos, Javier se muestra desnudo cada vez que lo doméstico se lo permite, pero cuando hacen el amor, siempre le pide un tiempo a Mauro, para ponerse la ropa y corre a buscar en el cajón de la cómoda, un par de medias negras finas, que calza tiernamente en su novio, el oso.
Esta tarde lo espera ansioso, aun no se imagina como sorprenderá a Mauro, pero está seguro que lo hará, seguramente de lo que me sorprendí yo con este relato, que en esencia es la historia de un Mauro y su Javier, a quienes considero amigos virtuales desde hace más de un año, y con los que he coincido en esas redes de pedidos extraños, en la que alguna vez linkié este blog. Mi saludo para ellos.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Navidad, Sonrisas Nostálgicas

Navidad, Sonrisas nostálgicas
Es perfecto ser feliz por aquello que tenemos hoy, por quienes nos quieren y a quienes queremos, por todos aquellos a  quienes abrazaremos con un poco mas de fuerza que de costumbre, este 25, y por aquellos que pese a la distancia, encontrarán la forma de estar con nosotros esa noche. Pero también sonreiremos por aquellos que ya no están cerca,  por quienes partieron dejando su marca en nuestro corazón, imprimiendo esta sonrisa velada por un cristalino mar que inunda nuestros ojos,  vale la pena que esa sonrisa sea liberada así de sincera, que la conciencia no inhiba al corazón y nos permitan reír nostálgicamente por haber gozado de la dicha de haberlos conocido, yo reiré por varios, este año ha sido de partidas inesperadas, pero celebro tenerlos presente, reiré por Freddy, por José Luis y por Alfredo, escucharán mis latidos emocionados cuando este 25 mi navidad sea compartida con ellos.
Espero que las sonrisas nostálgicas sean un sentir común, es genial tener por quienes reír así,  nos hacen abrazar más fuerte a quienes aun nos acompañan, a reconocer su amor por nosotros y a brindarles sinceramente el nuestro, a tener razones para ser mejores personas, y a contagiar eso a todos los que nos rodean.
Un abrazo enorme a quienes aun leen este blog, una navidad familiar, cálida y reflexiva, y un año de mil éxitos que contagien y nos permitan la risa cotidiana que buscamos en la vida, la risa del ser felices.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Quejas y más quejas...

Quejas y más quejas
A lo largo del tiempo he leído varios de los correos que suelen enviar aquellos amigos que se han vinculado gracias al blog, muchos han sido de enorme utilidad como argumento franco, otros han sido de gran inspiración personal, algunos solo manifestaban desánimo y reclamos francos a lo que les tocaba vivir en determinado momento, eran quejas… hoy recapitulando .. Me he animado a soltarlas acá,  morbosamente o cómicamente, júzguenlas ustedes.
Carlos 19 años
“Odio que no me diga que me quiere, que me ama, solo me dice que quiere tirar conmigo, que lo arrecho, que le gustaría hacerme tal o cual cosa… no se qué pensar.. bueno, pese a eso estamos juntos ya más de un año.. y realmente.. lo quiero”
José Luis 35
“Van ya años, y aun no aprende a llamarme por mi nombre, me jode eso de amorcito, flaquito, bebe, a veces creo que se ha acostumbrado a usar esas denominaciones para evitar confundirse de nombre… “
Francisco 22
“No sé que tiene, le encanta que lo bese todo, que baje, que hurgue, que mi lengua se inserte en cada pliegue, y se agite intermitentemente tras él,  retoza cuando lo beso  ahí, sé que le gusta, no  hay activo que se resista a un beso negro, solo que acabada la maniobra, odia que lo bese… me jode.. Estamos a mil y son sus propios aromas… (Que por cierto nunca son desagradables, ya que no lo haría de ser así), me revienta que no acepte juntar sus labios a los mios..así que me planto y lo cuelgo.. Pero las ganas me vencen.. y termino cediendo y dejándome hacer el amor…”
Marco 32
“ Es demasiado tierno, muy cariñoso, odio eso cuando se trata de la cama, quiero que me pida cosas, pídeme que te  penetre, que te muerda, que te folle una y otra vez, coméntame qué te gusta, que otra  pose quieres, pídeme que  se repita así me veas a mi moribundo.. Dime que me deseas, y más aun que deseas que te haga el amor una y otra  vez… “
José 17
“Cuando huele a alcohol a cigarro a sudor, no lo aguanto, y siempre que me llama es así… parece que solo le sirvo de refugio sexual cuando toma valor por influencia de mil chelas, odio eso, ya no volverá a pasar..”
Miguel 30
“Aun no aprende,  que le cuesta usar colores más claros, a ponerse crema de manos, a afeitarse con mayor cuidado, a cambiar de aroma por uno más suave, a renovar sus gafas y a dejar de mascar chicle con la boca abierta, se me acaba la paciencia… un día de estos.. “
Gustavo 19
“ Una vez a la semana es muy poco, se lo pido y me pone mil pretextos, yo necesito que me tome en sus brazos y me haga mil cosas… todos los días, a cada nada, a caso no puede, no está viejo, o acaso tiene algo mas por ahí.. No creo.. Pero bueno.. Si no es con él, será con otro, total son necesidades ps..”
JuanJo 24
“Creo que me quiere mucho y “odio eso”, no es una competencia, no tiene que estar ahí diciéndome a cada nada lo que siente, lo que haría por mí, lo mucho que me quiere… yo lo quiero también, pero.. no sé si así tanto como él a mi..”

domingo, 11 de diciembre de 2011

Dos de a 15

Dos de a 15
De camino por una de esas pequeñas callecitas miraflorinas, buscando un lugar tranquilo donde comer y leer un poco, me detuve frente a un restaurante de comida italiana por el mero detalle de haber observado en una de sus mesas exteriores a dos jóvenes mirándose fijamente mientras comían  pasta.  Su sonrisa me  llamó la atención, ya que sin palabras de por medio, era robada por tan solo la compañía de él uno con él otro.
Entré y me ubiqué en una mesa interior con plena vista a los exteriores, a ellos exactamente, había dos vasos con coca cola, algo de pan al ajo, y un plato de lasagna y otro de canelones, ambos compartidos. En una silla de esa mesa había unos cuadernos amontonados y  una mochila. Tendrían 15 años, a ojo de médico, y lucían de esa edad. Ambos excesivamente delgados,  uno de ellos muy alto como de 1,80 un poco encorvado denotando que la musculatura de su espalda aun no ha sido reforzada para poder erguir su cuerpo y exponerlo  imponente por su talla y atractivo,  sus cabellos lacios sobre el rostro, las cejas gruesas y las pestañas largas y pobladas, sus manos blancas de dedos largos, hablaban al ritmo de su voz, expresando todo lo que las palabras querían decir durante la conversación.
El otro miraba atento, más bajo y corpulento, de pelos rubios y ensortijados, desordenados por el viento, pero así lucían perfectos, de facciones finas y gestos delicados, escuchaba atento, con las manos sobre sus muslos, como tratando de disimular alguna íntima emoción despertada por la charla, reían contagiosamente.
Me dediqué a observar, parecían contarse la vida, decían poco y arrancaban en risas, miraban de reojo para poder tocarse bajo la mesa, las manos de uno apretaban el pie del otro que mantenía la pierna cruzada, el afecto los sorprendió  en una mesa sin mantel, nadie miraba, solo yo.
Tras dejar la mesa vacía, ambos metieron sus manos al bolsillo, escarbaron  por monedas, contaron una y otra, hicieron el total calculado, llamaron a la niña que los atendía, pagaron, antes de ponerse de pie, el travieso acaricio el pie del otro, y exploró hasta media pierna, el otro se sonrojó y se incorporó rápidamente reprochándolo con la mirada, el otro solo reía y se ponía de pie al mismo tiempo, uno cogió los cuadernos y la mochila y el otro lo abrazó sobre los hombros mientras salían contentos de su cita sabatina, la cena, la bebida, la buena conversa y la compañía  deseada.
A sus quince,  eran ellos, en una lima que ha dejado de ser quejumbrosa, que se permite morbosamente estos deslices, que ya no son deslices sino vida, que ha crecido como lo ha hecho su gente, que no se reclama más que calma, y que proyecta paz para quienes antes hubieran sido castrados emocionalmente, por solamente ser ellos mismos compartiendo con otros iguales a ellos y distintos al resto.