viernes, 25 de febrero de 2011

Mas allá del VIH


Más allá del VIH

Mauricio esta triste, esta mañana recibió una noticia nada grata, él ya se lo temía, pero, siempre se alberga la idea optimista de que no sea cierto, tiene 43 años, hacía un par de semanas que las diarreas no paraban, y que las placas algodonosas en su boca no remitían con la cepillada habitual, hacía 3 años que el examen de Elisa dio positivo para VIH, y a partir de ahora, la cosa se transformaba en SIDA.

Mauricio tuvo una adolescencia normal, se descubrió gay al salir del colegio, experimentó en la universidad y tras el último año, en la facultad de derecho, se convirtió en asiduo concurrente a cuanto espacio gay descubria en Lima, su ruta no era la de conocer, sino, la de experimentar, tuvo cien y un acompañantes, en todos los roles imaginables, no solo de a dos, o de a tres, varias veces grupales, muchas de ellas encendidas en hierba o coca, algunas veces con gente menor, muchas veces con gente mayor a él a quienes usualmente no volvía a ver.

Uno siempre cree que las cosas malas no le suceden a uno, la naturaleza le dio varias advertencias, desde los parásitos púbicos, haciendo escala en gonorrea, y hasta en verrugas genitales, lo último fue lo más triste, tras acudir a donar sangre para un familiar, fue convocado por el médico de la clínica, quien de la forma más delicada del mundo, le informó que había dado positivo al VIH, que se había confirmado el diagnóstico y que debería replantear su vida, su comportamiento, su todo…

Mauricio lloró solo, sus padres no saben nada, sus hermanos tampoco, no tenía idea de quién sería el causante, ni de a cuantos habría infectado él, no sabía que pasaría ahora, dudó en vivir, siguió llorando solo, aun lo hace en el refugio de su habitación, más ahora que las cosas se tornan más tristes.

No se percató de ningún síntoma tras la infección, y el descubrirlo, fue casual, desde ese momento aterrizó en picada y cambió mil cosas de su vida, decidió no morir , si aun no era el momento, buscó ayuda, y se la dimos, se autoconvenció de que estaba vivo, y de que existían mil pendientes, lo vimos cada semana, luego cada mes, ahora de vez en cuando, como ayer, cuando se empezó a convencer de que está evolucionando; hoy fue optimista al infectólogo con su recuento de células en un sobre, y mil exámenes mas, la terapia se ha transformado, su gaveta rebalsa en pastillas, su memoria no le permite recordar cuál y a qué hora, así que la agenda del celular lo salva. Esta noche cenará en casa de sus padres, el llevará la lasagna, y una historia. Esta noche no será más un enfermo, serán mamá y sus oraciones, papá y sus consejos, sus hermanos al abrazo, y la complicidad de todos, haciéndolo más fuerte, hoy los necesita, y sabe que los tendrá a su lado (como siempre) desde hoy y para siempre….

Fuerza Mauricio

jueves, 17 de febrero de 2011

Hoy, recuerdo....


Hoy, recuerdo….

Hoy me vi al espejo y te vi en mis ojos,
Percibí jazmines y tu olor invadió mi memoria,
Probé el café y sentí tu tibieza.

Hoy el sol iluminó mi día, me dio tu calor
La luna me destapo en la noche, no permitió mi sueño,
El ruido del viento me trajo tu voz,

Hoy necesité extrañarte, y no me costó mucho,
Quise escucharte y te encontré en mil canciones.
Quise besarte y te saboreé en mis labios.

Hoy necesité tenerte conmigo y te tuve,
Necesité reír a carcajadas, y me las arrancaste
Quise ser feliz y pese a tu ausencia, lo fui

Hoy supe que me basta tu recuerdo, o de lo que fue,
Que me basto yo, y lo que soy,
Que reír es fácil y que no me cuesta,
Y Que sin ti,
Sigo vivo, recordando, siendo y riendo.

domingo, 13 de febrero de 2011

un 14 de febrero...


Unas líneas al amor a sus victimas

Vaya un homenaje a quienes prueban que el amor existe, a quienes con el testimonio de su ser dan fe de que es posible romper los límites de la amistad, del querer y evolucionar al amor.
A mi madre que ama a mi padre y a él que la ama a ella, que tras s 35 años de complicidad han generado una valla retórica en quienes seguimos sus pasos, a Miguel que ama a Augusto, y que se han permitido la posibilidad se ser ellos mismos rompiendo los límites que sus propios prejuicios les habían impuesto. A Marco que amó a Humberto, tanto, que le permitió partir para encontrarse con el mismo, para ser el mismo.
A Juan Carlos que lo ama pese a la distancia que marcó la partida de este mundo, y que recuerda en sueños y oraciones a quien le enseño lo maravilloso de esa sensación de latir en el corazón del otro.
A Erick que consigue amar rápido, brilla ilusionado y sigue intentándolo cada vez que despierta de las emociones que él mismo se genera, pero sigue siendo feliz.
A José Carlos que acompaña a Manuel en su padecimiento, que eleva sus oraciones por alguien que no es el mismo, que le contagia fuerza para seguir adelante, a expensas de que su rostro oculte el verdadero dolor que siente por la circunstancia que le ha tocado vivir.
A Christian que ha crecido junto a Mario, y han hecho de su amor un contagiante estímulo para quienes los rodean y comparten de su dicha.
Para Jano que aprendió de amor con Gabo, para Marco que sigue a la espera de que llegue el amor, para Daniel, para Abraham, para Anibal…
Para mí que me sigo valiendo del amor para soñar, para reír y hacer reír, para acompañar, para escribir, para compartir con ustedes y para sonreír sin mas causa que el estar vivo, latiendo y feliz.
Feliz 14 de Febrero.

martes, 8 de febrero de 2011

Algo mas que solo rostros


Algo más que solo rostros.

Gabriel estaba inquieto, parado en esa esquina entre dos calles algo oscuras, el lugar de la cita, si bien es cierto había sido Juan quien sugirió el lugar, Gabo estuvo de acuerdo ya que la zona era residencial, y familiar. Hacía calor, el brillo del sudor, causado además por algo de nervios, resplandecía alrededor de los labios de Gabo, mientras seguía esperando.

Gabo tiene 24, hacía tiempo que andaba solo, así que publicó su perfil en una red social, Juan lo contacto a los dos días, ni uno ni otro pusieron fotos, los pedidos iban más o menos en la misma dirección, “hacer amigos, y ver que se da”.

A lo lejos Gabriel reconoce que alguien se aproxima, un caminante desgarbado, con las manos en los bolsillos, el rostro mirando el suelo, tenía casi la estatura amenazada previamente, al levantar la mirada, Gabo supo que era Juan, lo miró fijamente y al cabo de unos segundos, su mente se hacía mil preguntas, la primera de ellas ¿qué hago acá?

Juan era el tipo que Gabriel jamás habría sentido como atractivo, medía más de un metro ochenta, tenía el pelo lacio y largo, a veces le cubría el rostro, un rostro de ojos algo saltones, cejas ralas, nariz recta y labios inexistentes, andaba en sus 23 o 24 años, de tez clara, delgado, de hombros angostos y afilados, de escaso musculo, de piernas flacas y largas, vestía un polo oscuro, un short largo sujeto a la cintura por una correa de lona, dejando escapar un calzoncillo de cubos coloridos, medias al tobillo y zapatillas.

Gabriel le dio la mano, la cual sintió débil y poco sincera, anduvieron juntos un par de cuadras, cruzaron algunas líneas, y fueron a parar a un hotel, Gabriel seguía preguntándose qué hacía ahí?, pero había algo en Juan que lo atraía.

Juan salía del instituto, corrió unas cuadras para llegar a su cita, había quedado una vez más con un desconocido, andaba animado por tener sexo, quería liberar esas tensiones que lo acosaban cada vez que el semestre llegaba a su fin. Frenó de golpe la carrera cuando a lo lejos vio a Gabriel, jamás imaginó meter a la cama a un tipo tan distinto a él, tenía miedo hasta de arrugarle el traje, Gabriel era un tipo trigueño , de más o menos uno setenta de estatura y en buenas proporciones, usaba el pelo con raya al costado y unos lentes de montura aérea, su nariz pequeña, las cejas gruesas, los labios rojos, un terno azul, de impecable camisa blanca y corbata turquesa, olía a jazmines y madera, Juan no supo como escapar, escucho unas líneas de los labios de Gabriel, mientras anduvieron unas cuadras, hasta un hotelito discreto, Juan no sabía qué hacer, la voz de Gabriel lo había cautivado.

La habitación era pequeña, la luz escasa, Gabriel se desvistió cuidadosamente, casi un rito quedar en calzoncillo, un bikini blanco de algodón, muy entallado a las curvas de su cuerpo, que por cierto era trabajado y en perfectas formas, Juan tiró todo, quedó en bóxer y se tiró bruscamente en la cama. Los rostros se acercaron torpemente, los labios se encontraron saboreando el mismo chicle de menta, y las manos suaves las del uno y del otro, se recorrieron generosamente, el sexo fluyó como si de grandes amantes se tratara, el juego previo fue extenso, y una vez que Juan penetró a Gabriel, la cosa se tornó más fuerte, algunas frases desesperadas, y varios gemidos de ambos lados inundaron la habitación, hasta el clímax, como ensayado, ambos emanaron generosas dosis de sí mismos, uno dentro del otro y el otro sobre la piel de su abdomen.

Quedaron tendidos sobre la cama, sonrientes, fumaron, y coincidentemente de lo mismo, esa hierva que da risa, y se animaron a dormir un par de horas.

Uno despertó al otro tiernamente, se vistieron, y salieron relajados de ese hotelito del final de la calle.

Hoy, dos años después, han vuelto a ese rincón, se toman de la mano mirando que nadie los esté observando, se miran el uno al otro y se ríen, Gabriel luce un terno gris, Juan un jean agujereado, son tan distintos, se aman, es su aniversario, dos años de complicidad, exclusividad, pasión y amor, dos personas tan distintas, una pareja tan perfecta.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Crónica de lo anunciado




Crónica de lo anunciado
(para Alejandro con cariño…)

Cuando Alejandro descubrió su bisexualidad, lo hizo adulto, y de modo maduro, tenía 24 años, y acababa de terminar una relación de casi 5 con Karina, el primer amor de su vida, así la recuerda él. La depresión tras ese fin lo hizo explorar nuevas opciones, siempre impulsado por la complicidad de un primo; tras esa experiencia que le resultó grata, tuvimos nuestra primera entrevista, El quería definir Qué era? Y Yo ratifiqué el diagnóstico de “ser humano”, “física y mentalmente saludable” y que las otras respuestas que buscaba solo se las podría dar él mismo, en razón a cómo se sienta con las cosas que haga y las personas con las que se relacione.

Tras Karina, y algunos informales encuentros con ambos géneros, mantuvo una relación larga y de convivencia con Humberto, “su segundo y último gran amor”, esa duró casi 4 años, y él me asegura que lo fue plenamente feliz, aún no comprende por qué acabó, pero si está seguro que debió pasar, que ambos están bien separados y que no se guardan rencores, solo un pasado feliz que los mantiene aún, al menos mentalmente, cerca.

He seguido de cerca los embates de Alejandro, fue un paciente, y se volvió un buen amigo, suelo ser su confidente, y me cuesta, en ese rol, quedarme callado y no opinar, sé que él quiere que lo escuche y eso es lo que hago cada vez que nos juntamos frente a una copa de tinto, con algunas notas de Demis Roussos de fondo. Ahora vino triste, su relación con María finalizó tras 8 meses de intentos, y no de la forma más cordial, sino fría y en ausencias, yo andaba seguro de que eso sucedería, nunca me animé a augurarlo en voz alta, pero lo daba por hecho.

Alejandro la conoció en una fiesta, y nació un deseo carnal (que le suele suceder con algunas, con ellos le es más fácil), que ella no estuvo dispuesta a brindar en ese momento, así que en la terquedad que caracteriza a mi amigo, rondó su casa hasta hacerla su enamorada, su amante, pero nunca el amor que esperaba, me dice que le costó mucho, que lo intentó, que era casi perfecto, ella perfecta, el entorno era el ideal, pero que no vibraban al unísono, no existía esa necesidad de tenerla cerca, ni de extrañar su voz o sus reclamos cuando eran necesarios, no era como con Karina o con Humberto, me aclara.

Sigue triste, aliviado por el fin, pero triste, las formas creo que no fueron las convenientes, un correo extenso son con reproches, una respuesta que invitaba a una decisión final, y esa decisión de término, virtual, fría, e irrevocable.

“He sido demasiado hétero estos meses, necesito salir” me dice, no sé si reír, el duelo le dura poco.

El tinto se acabó con una simple conclusión, lo abierto de nuestra conversación y su experiencia en el asunto, lo que conlleva me anime a escribirla : Siempre el gay y el heterosexual han negado al bisexual como tal, para ellos, el bisexual es un gay mas, pero esto no es tan cierto, sexualmente existe la respuesta frente a ambos géneros (Alejandro no es el único ejemplo de esto) y la capacidad de entablar relaciones con ellos o ellas, muchos bisexuales se han negado a sí mismos y en represión han organizado vidas aparentemente heterosexuales, no sé qué tan felices sean , pero al menos, socialmente son aceptados. Yo creo en la capacidad de amar, Alejandro lo ratifica, “Karina el primer amor de mi vida, Humberto el segundo”, la cama es lo de menos, que grandeza del humano, la de amar en unidad, amar como pareja, desestimando, la condición social, el credo, el nivel cultural,EL GENERO, sería mas sincera la promesa de amor, dejando de lado esos parámetros, no habrá hombre o mujer que me aleje de ti porque te amo, (solía decirle Alejandro a Humberto, yo me reía abiertamente cuando los escuchaba en discusión a causa de los celos de uno o del otro).

Calma Alejandro, todos tenemos derecho y la posibilidad de re-amar, tu vas dos veces, ya llegará o caerá ese tercer amor de tu vida, que espero sea el eterno…un abrazo fuerte.