martes, 8 de febrero de 2011

Algo mas que solo rostros


Algo más que solo rostros.

Gabriel estaba inquieto, parado en esa esquina entre dos calles algo oscuras, el lugar de la cita, si bien es cierto había sido Juan quien sugirió el lugar, Gabo estuvo de acuerdo ya que la zona era residencial, y familiar. Hacía calor, el brillo del sudor, causado además por algo de nervios, resplandecía alrededor de los labios de Gabo, mientras seguía esperando.

Gabo tiene 24, hacía tiempo que andaba solo, así que publicó su perfil en una red social, Juan lo contacto a los dos días, ni uno ni otro pusieron fotos, los pedidos iban más o menos en la misma dirección, “hacer amigos, y ver que se da”.

A lo lejos Gabriel reconoce que alguien se aproxima, un caminante desgarbado, con las manos en los bolsillos, el rostro mirando el suelo, tenía casi la estatura amenazada previamente, al levantar la mirada, Gabo supo que era Juan, lo miró fijamente y al cabo de unos segundos, su mente se hacía mil preguntas, la primera de ellas ¿qué hago acá?

Juan era el tipo que Gabriel jamás habría sentido como atractivo, medía más de un metro ochenta, tenía el pelo lacio y largo, a veces le cubría el rostro, un rostro de ojos algo saltones, cejas ralas, nariz recta y labios inexistentes, andaba en sus 23 o 24 años, de tez clara, delgado, de hombros angostos y afilados, de escaso musculo, de piernas flacas y largas, vestía un polo oscuro, un short largo sujeto a la cintura por una correa de lona, dejando escapar un calzoncillo de cubos coloridos, medias al tobillo y zapatillas.

Gabriel le dio la mano, la cual sintió débil y poco sincera, anduvieron juntos un par de cuadras, cruzaron algunas líneas, y fueron a parar a un hotel, Gabriel seguía preguntándose qué hacía ahí?, pero había algo en Juan que lo atraía.

Juan salía del instituto, corrió unas cuadras para llegar a su cita, había quedado una vez más con un desconocido, andaba animado por tener sexo, quería liberar esas tensiones que lo acosaban cada vez que el semestre llegaba a su fin. Frenó de golpe la carrera cuando a lo lejos vio a Gabriel, jamás imaginó meter a la cama a un tipo tan distinto a él, tenía miedo hasta de arrugarle el traje, Gabriel era un tipo trigueño , de más o menos uno setenta de estatura y en buenas proporciones, usaba el pelo con raya al costado y unos lentes de montura aérea, su nariz pequeña, las cejas gruesas, los labios rojos, un terno azul, de impecable camisa blanca y corbata turquesa, olía a jazmines y madera, Juan no supo como escapar, escucho unas líneas de los labios de Gabriel, mientras anduvieron unas cuadras, hasta un hotelito discreto, Juan no sabía qué hacer, la voz de Gabriel lo había cautivado.

La habitación era pequeña, la luz escasa, Gabriel se desvistió cuidadosamente, casi un rito quedar en calzoncillo, un bikini blanco de algodón, muy entallado a las curvas de su cuerpo, que por cierto era trabajado y en perfectas formas, Juan tiró todo, quedó en bóxer y se tiró bruscamente en la cama. Los rostros se acercaron torpemente, los labios se encontraron saboreando el mismo chicle de menta, y las manos suaves las del uno y del otro, se recorrieron generosamente, el sexo fluyó como si de grandes amantes se tratara, el juego previo fue extenso, y una vez que Juan penetró a Gabriel, la cosa se tornó más fuerte, algunas frases desesperadas, y varios gemidos de ambos lados inundaron la habitación, hasta el clímax, como ensayado, ambos emanaron generosas dosis de sí mismos, uno dentro del otro y el otro sobre la piel de su abdomen.

Quedaron tendidos sobre la cama, sonrientes, fumaron, y coincidentemente de lo mismo, esa hierva que da risa, y se animaron a dormir un par de horas.

Uno despertó al otro tiernamente, se vistieron, y salieron relajados de ese hotelito del final de la calle.

Hoy, dos años después, han vuelto a ese rincón, se toman de la mano mirando que nadie los esté observando, se miran el uno al otro y se ríen, Gabriel luce un terno gris, Juan un jean agujereado, son tan distintos, se aman, es su aniversario, dos años de complicidad, exclusividad, pasión y amor, dos personas tan distintas, una pareja tan perfecta.

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