jueves, 31 de marzo de 2011

Tras Una LLamada


Tras una llamada..


Lunes 3 pm, José muy ansioso, sentado frente a mí, algo sonriente, algo desesperado, No sabes lo que tengo que contarte—me dijo, empieza cuando quieras, total ya había interrumpido mi sueño, me sacó de mi rutina de relajo postprandial, me movilizó a la consulta, pese a que siendo amigos, lo hubiera recibido en casa, en fin ya estábamos ahí.


Anoche, o no, más bien hoy de madrugada, medio que se trababa al contar su historia, recibí una llamada, es más, me timbraban de un numero que no reconocía, pero recién a esa hora, claro golpe de 12 y mas, se animaron a decir “hola”, y supe enseguida que era él, me emocioné mucho, claro que no se lo hice notar (eso supone él), pero era él, Rubén (Rubén había sido el único y gran amor de José, estuvieron juntos por varios años, vivieron incluso más de 4, hasta que las cosas acabaron, no muy bien en teoría, pero sanamente, fue entonces cuando conocí a José, quien pese a sus 30 de entonces, no supo manejar esa ruptura, y así como lo veo hoy, dudo que haya sido una ruptura total).


Escuchar su voz me hizo retroceder en el tiempo, hasta me robó algunos suspiros nostálgicos. En realidad hablamos por un par de horas, había tanto que decir, y tan poco al mismo tiempo, comenzamos por el cómo andábamos, el cómo lucimos, el qué hemos averiguado el uno del otro, algunas pinceladas a los amigos comunes, algún detalle del morbo, muy poco de otros con quienes nos vinculamos en esta ausencia, claro como recordarás, esto acabó hace años, pero recién hace uno y pico que perdimos total contacto, quisimos darnos el espacio, ya que todo nos arrastraba nuevamente, y creo que pese a que fue duro, no pudimos estar ausentes totalmente, el asuntó terminó venciéndonos, y fue él quien rompió el acuerdo y me llamó anoche, no perdón esta madrugada. José sonreía mientras me contaba con detalles cómo andaba Rubén, los coqueteos que se habían permitido, el pacto de retomar las conversaciones, de volver a ser amigos, porque eso estaba claro, solo se podía permitir eso, José me lo jura, su cara dice otra cosa, en fin la distancia es el principal apaciguador de estas emociones, andan en ciudades muy distintas, pero yo se que para mi enamoradizo amigo, ese no es ningún inconveniente.


Qué opinas?-- temía que me haga esa pregunta, ya que no quería ser sincero, estimo mucho a José, y aprecio a su ex, pero ya ha pasado mucho tiempo, las personas incluso son distintas, maduran, evolucionan, recuerdo que al conocerlos (ya que pude tratar con Rubén también), no pude entender la razón de su ruptura, eran tal para cual, quizás estén destinados a tal cosa, pero ahora solo me he atrevido a pedirle calma, que se permita que pase el tiempo, que no cambie sus ordenes normales, la vida ya tenía planes antes de esta madrugada, fue solo un saludo, en realidad, siento que ha sido la búsqueda de paz que necesita Rubén consigo mismo, con su conciencia, para renovarse, para permitirse avanzar, no es una nueva ancla que fije a José a un puerto que no existe.


Espero me entienda, espero que no sufra, el debate nace del hecho de poder ser realmente amigo de un ex, yo sé que toda la teoría dice que sí, que el tiempo parcha y hasta cura, y que rescatar lo sano manda, por lo tanto, ser amigos es una consecuencia de eso, pero la teoría se distancia de la práctica cuando se trata de sentimientos, y si ambos no laten en el mismo ritmo, las cosas se trastocan y suele causar daño, así que tiempo José, y calma. Gracias por permitirme estas líneas a expensas tuyo. Saluda gratamente a Rubén de mi parte y mantenme enterado.

miércoles, 23 de marzo de 2011

en dudas dulces...



En dudas dulces..

Francisco acompañó a su mejor amigo a casa de un profesor del instituto, en realidad, Francisco lo conocía de años, y tenía el mejor concepto de él, un tipo inteligente, y de lo más atento, además de educado y socialmente vinculado, Erick había ofrecido una botella de destilado para esa noche, y Alejandro, el profesor, había ofrecido su casa. Francisco se decidió acompañarlos.

La casa de Alejandro es de lo más acogedora, pequeña pero rodeada de jardines, en donde tienen su refugio sus dos perros labradores, dorados, juguetones cual niños, amos y señores de la casa.

Una vez en la sala, se instalaron cerca al fuego que ardía lento, era invierno, y el clima de la región combina perfecto con las brasas en casa, la música algo mezclada fue un aporte de por Erick, matizó el ambiente conservador de un cuarentón en contraste con lo juvenil de ambos visitantes que andaban en sus veintitantos..

La conversación fue de lo mas distinta, varió desde la política electoral del momento, pasando por el ejercicio del derecho que hacía Alejandro en un cargo judicial de lo mas estratégico, aterrizando en las perspectivas y esperanzas de dos jóvenes a media carrera, Erick admiraba a su maestro, y en ese momento, la admiración de francisco fue girando a algo ilógico y diferente.

Francisco se sorprendió mirando fijamente los labios de Alejandro, ensimismado, ajeno al dialogo, lo miraba atento, eran delineados, ligeramente gruesos y rojos, cubrían con coquetería dos hileras perladas perfectamente alineadas, sobre ellos el bigote se proyectaba rasurado, eran perfectos se decía, las mejillas cuadradas la nariz ligeramente ancha, pero recta, los ojos grandes, oscuros, con una tonalidad oscura que los hacía notar profundos, las cejas gruesas, el pelo, muy corto, un marco perfecto. Qué me ocurre? se dijo, agitó la cabeza y trató de retomar la conversación.

Francisco nunca había tenido alguna inclinación gay, por eso sus dudas, y se sentía hipnotizado por el profesor, observaba sus manos, de uñas perfectas, el vello de sus brazos, que ajustaban un polo ligeramente ajustado, porque pese a sus cuarentas, se mantenía en una forma envidiable, las piernas largas, y cruzadas, los zapatos deportivos de suela muy delgada, lucía extremadamente atractivo para su gusto, cual gusto? Se preguntaba.

Las miradas de ambos se cruzaron repetidamente, Alejandro notó lo que ocurría, actuó con dominio y se insinuó sutilmente, Erick no se percataba de nada, el whisky hacía su trabajo en él.

Tras una llamada telefónica, Erick se disculpó, y salió apresuradamente, Alejandro se dispuso a despedir a Francisco, pero éste, llevado por no sé qué, se tambaleó frente a su profesor y le rosó los labios con los suyos, Alejandro capturo el beso y lo desplegó generosamente, sintió la torpeza de su acompañante, pero al mismo tiempo, notó su decisión, presionó sus labios inicialmente, mordisqueó sutilmente, sintió el calor de la boca abierta y hurgó en ella, con los labios y luego con su lengua, notó que francisco mantenía los ojos cerrados, notó que su corazón latía a mil, que sus manos sudaban pero que se atrevían a buscar las suyas, que el beso se empezaba a acompañar de una leve agitación, que los cuerpos se acercaron demasiado, que se notaron el uno al otro, que tras las ropas, los latidos eyectaban sangre a cada rincón, que ambos penes se encontraban sutilmente bajo sus cinturas, que el beso se prolongaba, que francisco intentó zafar, pero que fue inútil, y eso solo pasó cuando Alejandro lo dispuso.

Tras estos segundos eternos, se miraron a los ojos, nadie dijo nada, Francisco sonrió, Alejandro lo contempló con ternura, se acercaron fugazmente y sellaron sus labios velozmente, Francisco se rió, coqueto, infante, travieso, y se fue de la casa a paso calmado.

Hoy se hablan por teléfono a cada nada, se cuentan cosas, sus cosas, se mensajean, chatean, etc. Se encontrarán el fin de semana, se atreverán a más, Alejandro tiene la experiencia, Francisco el deseo del experimento, ambos saben que no es correcto, a ambos les interesa poco, es pecar, que mas da un pecado mas a cambio de esas mil sonrisas que acompañaron esa noche los sueños de Alejandro y que le hicieron grata la travesía calma de Francisco rumbo a su casa.

jueves, 17 de marzo de 2011

e Mordidas y Ataduras


De mordiscos y ataduras…

Marco Antonio se despertó muy temprano, tenía que trabajar el primer turno, y la noche había sido agitada, así que lo hizo a regañadientes. El uniforme se hallaba colocado en su perchero y frente a la cama, se desnudó velozmente y fue rumbo a la ducha, pero se obligó a detener frente al espejo del baño, un cristal enorme que reflejaba su anatomía a plenitud, y que esa mañana lo capturó por algunos detalles que el día previo no existían.

Los tonos de su piel variaban en ciertas áreas, y mientras se explicaba mentalmente lo acontecido, sonreía con malicia volviendo a disfrutarlo.

Su encuentro con Juan había sido distinto, Juan era un tipo al que conocía por chat de hacía varias semanas, ese día concretaron un encuentro, Marco estaba ansioso, tenía ya varias semanas de abstinencia, y la idea de transgredir lo entusiasmaba, en sus 26 años, había utilizado esas rutas informales rara vez, solo que la descripción de su ocasional contacto y las fotos poco claras, le dieron cierta confianza.

Una vez en el hotel acordado, se encontró con un hombre de 32 años, atractivo, de más o menos 1,76 metros y cuerpo adelgazado, de facciones finas y trato educado, subieron a la habitación, y Juan le pidió a Marco que se dejara llevar, lo desnudó con rudeza, y lo tumbó en la cama, le insinuó el juego, mientras permanecía aún vestido, Marco asintió tímidamente, luego unas cintas de tela ataron sus muñecas hacia atrás y lo inmovilizaron tendido sobre la cama, Juan sonreía con una malicia tierna, Marco lo dejó proseguir, disminuyó la iluminación y se desvistió lentamente, luciendo los detalles de su atuendo, un bóxer negro muy ajustado, unas muñequeras del mismo tono, con aplicaciones en metal, su cuerpo delgado lucía atractivo ante la escasa luz, el vello dorado delineaba sus formas, las piernas largas y fibrosas, la pelvis afilada, el pene proyectado bajo el atuendo, erecto, enorme, Marco se dejó llevar.

Juan empezó besando, recorrió con los labios los pies de Marco, subió a la entrepierna y así de espaldas hurgó entre sus nalgas, reiteradamente, Marco disfrutaba con desmedida, gemía con cada arremetida de esa lengua fasciculante, sus manos atadas le impedían la plenitud, pero al mismo tiempo focalizaban el placer, Juan, hurgó entre las manos, besó sus dedos, los introdujo en la boca, los mordió tiernamente, luego de modo tosco, lo giró y recorrió su pecho, sus manos se entretenían en el pene de Marco, erecto, a más no poder, mientras su lengua dibujaba rutas en el pecho, en las axilas, en el cuello, tras las orejas, cerca a sus labios, Marco gemía groseramente, y eso motivaba mas a Juan, quien no paraba, los besos se matizaban con mordiscos, e iban marcando la ruta, el dolor que percibía Marco era compensado con placer, el juego duró varios minutos, que fueron más que suficientes, para que Marco llegara al clímax, sin ser penetrado y sin penetrar, simplemente eyaculó generosamente sobre si, con las manos atadas, sin poder limpiarse siquiera, una vez que el fluido tibio manchó sus cuerpos, Juan se alejó sutilmente, se desnudó y masturbó hasta salpicar el rostro de Marco, dibujándole una expresión de duda y placer que jamás había experimentado anteriormente.

Marco se observa al espejo, y ve las mil marcas, violáceas, negruzcas, verdosas, que recorren sus brazos, su pecho, el abdomen, su cuello y espalda, sus nalgas delineadas por marcas de dientes, si ríe, espera coincidir con Juan nuevamente, decide utilizar una camiseta de cuello alto, hace calor, pero tiene que disimular, sonríe mentalmente mientras imagina repetir la faena, pero pensando en ser él quien amarre a su amante, quien manche el rostro, quien marque.

domingo, 13 de marzo de 2011

Plan B.... porsiaca..


Plan B , el porsiacaso..

Gustavo hablaba por teléfono : bueno Javier, salgo de la reunión de la oficina y te llamo para encontrarnos, Perfecto, decía Javier, mientras entusiasmado pensaba en afeitarse, en la ropa que iría a ponerse, en cómo acomodarse el pelo, en fin, en mil detalles para impresionar a Gustavo. Tras colgar, Gustavo regresaba a la oficina, seguía conectado al msn, coordinando los detalles para encontrarse con un amigo al que recién había conocido por una red social para gente gay, a la que el accede por un perfil alterno, Javier es el chico con el que sale hace un mes, pese a eso nada es serio entre ambos, aún, y por lo tanto, se da las licencias para seguir conociendo gente y encontrándose casualmente con ellos, esta noche, Javier no es más que el Plan B.

Son ya casi las 11 de la noche, y Gustavo se digna a enviarle un mensaje de texto a Javier, lo hace desde el baño del hotel, claro un hotel de paso, en el que cayó tras impresionarse con el atlético cuerpo de su contacto ocasional, le escribe : “reunión recontra importante, el jefe se dignó acompañarnos, estos tragos son laborales, coordinamos pa otro día”. Javier lee el texto mientras camina solo por esa una avenida de árboles envejecidos, iluminación tenue y varias parejas acariciándose dulcemente, luce lindo, un jean algo ajustado , pero de impresión varonil, una camisa a cuadros, entallada y de manga corta, unas zapatillas planas, blancas, con un lagarto bordado al costado, el pelo engelado y dirigido al cielo, y una fragancia dulzona de costoso precio. Se siente triste, pero entiende a su ocupado amigo, ya cuando seamos pareja las cosas serán distintas .. piensa para si.

Estoy convencido de que si el encuentro de Gustavo no hubiese colmado sus expectativas, estaría caminando con Javier por ese parque romanticón, la adrenalina de experimentar, de conocer gente nueva y de ligar casualmente, sigue primando en Gustavo, haciendo que Javier, y antes Mario y antes de Mario, Miguel, se conviertan en seguros Planes B, alguien que está siempre ahí, dispuesto, afectuoso, además de atractivo, y que incondicionalmente no harían de su noche algo aburrido, pero que no son la primera opción de diversión.

La historia de Gustavo no es nueva, conozco un par por ahí que sigue esa rutina, se la pasan diciendo “puede ser” mientras concretan algo adicional, o se niegan a decir un “no” radical por temor a quedar encerrados sin ligar, sea con el nuevo contacto o con el amigo seguro que siempre existe porsiacaso.

Ronald invitó a su pareja (así la entendía él), Fernando, a pasar el año nuevo en una ciudad cercana, de la que es original, las cosas se programaron de esa forma, la ilusión de Ronald lo hizo separar hotel, comprar un par de botellas de vino, avisarle a sus amigos cómplices de que llegaría con su novio. El día previo al viaje, Fernando no contestaba el teléfono, y el día 30, día en el que deberían haber salido, Fernando se disculpó aduciendo de que tenía un compromiso con la familia de su jefe. La verdad fue que Fernando bajó a la playa con un grupo de amigos y la pasó genial, ya habrá otras oportunidades para divertirse con Ronald, se dijo. Ronald no lo perdonó y se alejó de él.

Yo creo que es mejor aprender a decir que no, a asumir nuestras derrotas, sin perjudicar a otras personas, lo del plan B funciona, es más, es necesario tener siempre uno, pero éste no debe girar en un tercero, para el que somos la única chance de compañía o de afecto, si el interés que tenemos en esa persona, no es lo suficientemente fuerte para hacerlo prioridad, es mejor decir que no, y no exponerlo a sufrir.

Yo suelo tener plan B, odio quedarme en Nada, alguna vez o más de una he cancelado a alguien, haciendo esto que hoy, recomiendo evitar, pero no fue hasta que me la hicieron a mí, que comprendí que lo correcto, es hacer precisamente eso, lo que es correcto, y que decir las cosas que se sienten, manda. No me fue tan mal, creo, así que vale el ejercicio de intentarlo.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Un Hombre Ideal


Un Hombre Ideal

Nos planteábamos la interrogante tras una conversación virtual de varios minutos, existe un hombre ideal?, Juan Carlos planteaba de que sí, y que en todo caso, yo, al haber estado enamorado y mantenido un par de relaciones “perfectas”, debería ser capaz de poder escribir al respecto. Yo aún tengo mis dudas, no niego haber encontrado alguna vez la calma de la reciprocidad, el amor y esas cosas, fue perfecto, como dice Juan, pero… ideal?, creo que uno idealiza, precisamente, porque no tiene eso que desea.

Mariela, está enamorada, dice que Jaime es el hombre perfecto, posee la edad adecuada, 31, es profesional, arquitecto, el tono de voz que le de calma, la mirada que la domina, el porte que encaja en lo vertical como en lo horizontal, la agilidad para lo que se requiera, es emocionalmente estable, y que tras estos 2 años de relación, lo ve como el ideal para cualquier mujer, y se alaba de la suerte de ser la afortunada de haberlo encontrado, yo la escucho atento, en mi mente, percibo el mismo concepto de Jaime, yo lo conocí hace mas de 2 años, cuando era pareja de un Gabriel, un gran amigo de infancia, la bisexualidad de su galán, es un secreto, que quizás, des-idealice la visión que tiene Mariela de él. Pero en fin, sé que Jaime la quiere, y que está enamorado, así que bien si así funciona.

Emanuel me hablaba agitado sobre lo perfecto de su encuentro casual de la noche anterior, había recorrido Berlín, una callecita miraflorina, plagada de Bares, en la que se reúnen jóvenes de varias estirpes, ciudades, y opciones; en esa ruta había visto al hombre de sus sueños, algo más alto que él (eso implica por encima de los 1,80 cm), de delicado y al mismo tiempo varonil trato, de pelo corto, rostro cuadrado, nariz recta, labios fuertes, dientes perla, de tórax ancho y cintura plana, de nalgas saltonas y muslos acordes, de pies cuidados, de aroma a vainilla, de palabras simples que sonaban sofisticadas, de gustos extraños, pero interesantes, lo miró y se vio obligado a abordarlo, se identificaron gays al instante, caminaron un par de horas, hablaron, y terminaron mezclados en un hotelito de la zona, no recuerda esos detalles, el alcohol suele ser mal cómplice. Se citaron nuevamente, para hoy, pero él no apareció mas, Emanuel sigue agitado, mientras se lamenta de haber perdido al hombre de sus sueños, era el ideal de cualquiera, me dice. Lo ideal va más allá de lo que los sentidos son capaces de describir, o descubrir, el ideal es mental, imaginario, es más que perfecto y es integral, el ideal hubiera acudido a la segunda cita, el ideal hubiera llamado esa mañana, el ideal se hubiera comportado como “ideal”. Lo calmo, y compenso su reclamo, desde el mejor ángulo: tuviste un encuentro envidiable--, cuéntalo así Emanuel, que muchos querrán haber estado en tus zapatos.

Yo idealizo con exageración, si se tratase de un él, quisiese que fuese maduro, sin verlo viejo, que sonría sincero, que hable culto, que me haga reír, que huela a agua, que haga difícil lo simple y resuelva lo complejo con simplicidad, que sea alto, pero no tanto, que luzca sano, y que lo esté, en lo corporal como en lo mental, que de luces en lo espiritual, pero que tenga un lado oscuro que iluminar de vez en cuando. Que luzca lindo, aunque aun no sé como sea eso, asumo que lo descubriré cuando lo vea, que su color de ojos se mimetice con su calor, que su aliento perfume mi olfato, que su barba suavice la mía. Que sus manos me adormezcan, que su voz me despierte sonriente, que su canto haga coro con el mío, que me arranque lágrimas de dicha, y que me permita fugar de la pena con solo saberlo mío, cerca y eterno.

Será posible?, estoy seguro de que sí, es ideal, así que es mío, mío, de mi mente, y del disfrute de mis sueños.

(anoche estuviste en mis sueños, no sé por qué, espero todo ande bien. Te quiero)