jueves, 28 de abril de 2011

Otra vez yo..

Otra vez Yo..

En Lima. El trabajo acabó por hoy. Tengo pendientes pero, pueden seguir congelados, una vuelta por esa miraflores q odio, y que disfruto tanto al mismo tiempo.. a gastar lo que no me sobra, y a comer lo que me se me antoje, al estar ahi.

Lineas mias, nuevamente...

miércoles, 27 de abril de 2011

en otras rutas...

En otras rutas




La chamba nos mueve...te saca de tus dominios.. hoy estoy fuera de ellos, lejos de ti, o quizas muy cerca, me muero por tenerte, por oirte, por olerte, pero ... hay peros...




Ya al retorno, retomaremos las lineas.... mientras, me permitiré solo extrañarte...

sábado, 23 de abril de 2011

De Golpes.. y mas Golpes..



De Golpes.. y mas Golpes..

Carlos llamó llorando, trataba de hablar claro pero se ahogaba consigo mismo, escuché calmo lo que trataba de decirme, y luego le dije que mejor acudiese a mi casa, llegó en una hora.

Lucía cansado, su juventud se diluía en sus lamentos, lo recuerdo sonriente y guapo, como es, con ese porte militar, delgado y alto, de cabellera al ras, de ojos vivaces, nariz recta, cejas gruesas, labios inexistentes y dientes alineados, de cuello elongando y tórax recto, de cintura plana, lo recuerdo en la playa, de bermuda colorida, piernas velludas y pies cuidados, lo recuerdo coqueteándonos, bailando en la arena, mientras sujetaba una lata de cerveza helada. No queda mucho de él así, y eso que solo ha pasado un verano.

Conoció a Roger en una fiesta él tenía 35, esos son 10 más que Carlos, funcionario de un banco, atractivo y maduro, grueso, pero de voz calma, de conversación inteligente, de mirada profunda, se enamoraron y a los 3 meses empezaron a vivir juntos, la madre de Carlos se opuso, pero Carlos estaba ilusionado, Roger le ofrecía el cielo, y mi amigo, no podía despreciarlo.

La primera vez que traté a Carlos (ya que acudió por una consulta), fue hace 6 meses, Roger tenía un desempeño escaso en la cama, y la juventud de mi amigo requería de cuidados algo más frecuentes, tras algunos consejos mas de maña que médicos, parece que las cosas mejoraron, la siguiente vez que lo vi, habían discutido y entre gritos y cosas volando entre ellos, Carlos acabó con un ojo morado y la espalda algo lastimada, esta vez parce que las cosas se fueron de las manos, yo recomendé espacio entre ambos, pero parece que el terco de Carlos perdonó fácilmente, sé que las cosas no cambiaron mucho desde esa vez, y ahora veo que en realidad empeoraron.

Roger bebe y creo que de fiel no tiene nada, me comentó sollozando, quiere estar conmigo, pero no puede sus erecciones son cada vez menos frecuentes, o quizás le suceda eso solo conmigo, se frustra y reniega consigo mismo, cuando intento decir algo, me calla, cuando insisto, las cosas se le van de las manos y me golpea, la primera vez, fue a los pocos días de vivir juntos, pero pensé que era algo irrelevante, luego se dio más seguido, he gastado más en antiinflamatorios que en preservativos, lo amo, y no sé qué hacer.

La respuesta es simple para cualquiera con dos dedos de frente, pero para alguien enamorado?, qué decirle, cómo plantearle que debe alejarse, dejarlo, desaparecer, recurrir a su familia, cortar cada vínculo, reiniciar su vida, que son solo 25 años, qué es atractivo y que conseguirá rehacer lo marchado fácilmente, no me creerá, no entenderá siquiera, se negará, intentará argumentos que defiendan al abusivo, bajo el pretexto de quererlo, uno está preparado para escuchar eso, se acordará de los momentos felices, de los detalles entre ellos, del amor que se dijeron mil veces, lo escucho, le doy una pastilla para dormir, lo acuesto en el sofá de la sala, sostengo el hielo sobre su labio lastimado y sobre ese ojo una vez más oscurecido. Pretendo que pase la noche, es mejor conversar con la luz del día nuevo, el amanecer siempre es un comienzo, que espero sea el suyo, solo si tiene la convicción de empezar de nuevo.

Carlos es solo uno, debo comentar que en estos últimos años, he escuchado varios cuentos tristes, de amor falso y amor tonto, de más lamentos que sonrisas, de ojos amoratados, de sexo agresivo y lesionante, de huídas, y nuevos comienzos, esos últimos son los que motivan a seguir escuchando, a hipnotizar el momento, y acompañar mientras llega el amanecer, para ver las cosas con otros ojos, con calma, pensando más en uno mismo y en lo feliz que merecemos ser.

Vamos Carlos, ya salió el sol, tienes que oírme!



jueves, 21 de abril de 2011

Pa Calmao.. YO



Pa calmao.. YO

Las Cosas se han dado como deben, aunque no sé si eso sea bueno, uno espera giros que permitan lucir el intelecto o que por lo menos hagan más entretenido este andar aparentemente rutinario.

Me toco el relajo, y se proyecta igual pal par de días siguientes, quizás una fuga familiar o la complicidad de algún amigo, pero siempre en esa línea de calma, el cuerpo lo pide y la mente lo permite. Los días siguientes van pa ese plan, históricamente se usan para eso, y seré partícipe del colectivo, sé que no seré el único, aunque el grupo más generoso de contactos, utiliza las fechas para un relajo sazonado, que pese a la idea de las fechas, suelen ser justos y necesarios.

A pensar, a creer, a encontrar y encontrarse, a reunirse y a escapar, a ser lo que somos convencidos y sonrientes, si logramos esa calma en nosotros, no importan las tormentas que puedan desatar los demás.. Salvo que las usemos para fortalecernos

Calmos feriados!

sábado, 16 de abril de 2011

mas notas mías....


Siguen las notas de uno


Bueno por fin sábado, aunque no es el sábado que hubiera querido o en todo caso el que necesitaba, el trabajo sigue ahí, cosas de la empresa y cosas mías que son tanto o más trabajosas, él sigue en mi mente, ha logrado desplazar la calma de la soledad por la angustia de saberlo, o de retomarlo, aun no es como se debe o como fue antes, solo está ahí en potencial, no sé si eso haga de mi sábado un peor sábado, pero al menos lo hace mío.

Necesito una cerveza, el sol, sigue tentador, y esa bebida, que pese a no ser de mis favoritas, me apetece desde las 11 de la mañana que me liberé de jornada matutina, creo que quedará en deseo, el paso de las horas suele quebrar el deseo, y quizás un destilado se perfile más tarde, pero el deseo de sazonar el ánimo se acrecienta con cada minuto, ahora siesta, colgar estas líneas, y retomar la chamba a golpe de 4. Insisto la falta de inspiración está haciendo este espacio mas mío, me delato incluso contándoles

de él, espero no ser totalmente transparente, necesito guardarme algunas cosas, aunque creo que eso solo quedará en mera declaración..

Disfruten de lo que queda del sábado, y espero que mañana sea de lo mas reconstituyente, al menos para mí, que lo necesito.

miércoles, 13 de abril de 2011

A modo de confesarme..


A modo de confesarme.


Son casi las 10 de la noche, he llagado a casa de una reunión de trabajo, demasiado formal para mí gusto, me quito el saco, lo aviento, recapacito y lo cuelgo tras una silla, el cuello me está dejando sin aire, desato la corbata, la enrollo y al cajón, en fin, camino en bóxer en la casa, el perro me mira preocupado, me detengo frente al espejo, ese que me tortura en el pasillo, la luz es perfecta, me invita a reflejarme, me miro y me preocupo, no me gusto.


Hay más canas que hace una semana, mis párpados lucen enormes y un halo violáceo rodea mis ojos, mi semana fue atroz, y me enoja el reconocer que se note, que se vea en mi rostro.


En 4 días anduve hasta en tres ciudades distintas, y de extremos, cargué con poleras ligeras y con abrigo, anduve atado a una corbata y refugiado del granizo, los truenos siempre me dieron miedo, pero esta vez lo sentí más. El teléfono sonaba en demasía, intenté resolver las cosas pendientes de todos sitios, cosas mías, y no mías, mi cabeza latía a mil, el antihipertensivo debe reajustarse por sobre los 4000 metros sobre el nivel del mar, y olvidé hacerlo, debí regresar mañana, pero me vi obligado a hacerlo hoy. Un buen amigo partía, y era justo que lo acompañe en esa etapa, solo que esa fuga me arrancó historias de nostalgia y lágrimas, mientras el aroma de las flores me causaba fluido nasal y mil estornudos.


La idea de saberte conmigo, o al menos al teléfono, me calma, no sé si sea suficiente, pero es, existes, me muero por timbrarte, ya ando en pijama, cojo el teléfono y me propongo hacerlo, tu voz me permitirá un sueño reconfortable, me dará la calma que necesito, borrará las ojeras, disimulará mis canas y hará que mi sonrisa sobresalga por sobre los pliegues de piel que de un tiempo a esta parte, rodean mis ojos.


Prometo recuperar la inspiración, mientras tanto, entérense de mí.

martes, 5 de abril de 2011

Inexperto!


Inexperto… Javier está frente al espejo, se observa desnudo con minuciosidad, aun persisten áreas enrojecidas en su cuello y tras las orejas, aun siente sus genitales algo irritados, el agua caliente de la ducha, le recordó lo agitada de la noche previa, observa su talla aún imponente pese a los años, su pelo algo gris, la barba en tonos, el gimnasio había sido útil, se veía firme y su herencia le permitía proporciones perfectas, los daños no eran secuela del paso del tiempo, eran rastros de la travesura de la noche anterior.


De paso por Quito se animó a salir del hotel y enrumbar a un bar gay, consultó algunas páginas web al respecto y en cuentas cayó en un lugar de lo más decente, gente muy agradable y buena música, en la barra y tras varios whiskys ya, coqueteó con un joven de aproximadamente 22 años (tenía 19 en realidad) el desenfado de la bebida, consiguió convencerlo de escaparse al hotel a disfrutar de algo más de bebidas y baile. Juanjo, como se llamaba el joven, fue seducido por la madurez de un tipo de 32 (cuando realmente Javier había pasado los 40), que por cierto lucía muy bien.


Las cosas se dieron torpemente, Javier cayó en cuentas de que Juanjo había confesado no tener experiencia, había besado a uno que otro tipo en la escuela, y que nunca había pasado a más, Javier no creyó tal cuento, pero una vez en la habitación las cosas parecieron ser verdad. Juanjo pidió que se apagará la luz, Javier adoraba ver lo que hacía, pero cedió, la desnudez fue vacilante, entre permanecer en bóxer, camiseta y medias, frente a un Javier cómodamente desnudo y sobre la cama, los besos fueron apasionados, las manos de Javier recorrieron cada rincón de un Juanjo firme, redondeado, suave y sutilmente perfumado, hurgaron sus orejas, el cuello, el pecho y descendieron hacia sus ingles, mientras las manos hacían su lucha por distraer las nalgas negadas y contraídas por temor e inexperiencia. Juanjo trató de imitar a su amante, lo besó con furia, exploró las mismas regiones, pero sin el cuidado del caso, dejó marcas en la ruta, el cuello y tras las orejas, Javier lo arrastró hacia su pene erecto y ansioso, Juanjo lo besó torpemente, lo introdujo en su boca con deseo, pero sin percatarse que era recibido por sus dientes perlados, causando estremecimientos de dolor y hasta temor en Javier, se permitió tolerar algunos instantes más, pero las maniobras eran erráticas, y el daño manifiesto en dolor y enrojecimiento.


Javier capturó en sus labios a Juanjo, lo besó con ternura mientras exploraba con ambas manos sus nalgas, tratando de relajar ese ingreso contraído y negado, supo que sería imposible ir más allá, al menos no en ese momento, al menos no esa noche. Era verdad, Juanjo se liberaba para él, estaba ansioso, pero era de primeras veces, y no existía opción a ir más allá del solo roce y agitación adolescente.


Javier se ve al espejo mientras recuerda el dolor, se ríe solo, recuerda el rostro de Juanjo, se admira de poder haber convencido a un tipo tan guapo y distante en muchas cosas, a transgredir de esa manera, se enorgullece de su astucia, de su atractivo, se lamenta de su frustración, se ve erecto, ahí parado y frente al espejo, se toca, se fricciona, se imagina a Juanjo siendo penetrado, por él, gime para sí mismo, se ratifica en su soledad, así que gime libremente, tras un instante, sonríe calmo, observa la marca húmeda que ha salpicado el espejo y la alfombra de la habitación, la risa se hace plena.


Camina rumbo a la mesa de noche, busca su agenda, y marca el teléfono, Juanjo responde alegre, hoy terminamos lo pendiente le asegura--- de todas maneras responde Javier, la risa se renueva en sus labios, está seguro de que así será.