jueves, 14 de febrero de 2013

Idelaizando el 14!


Idealizando.
Marco se despierta ansioso, han pasado momentos de lo más variados, pero es su primer 14 juntos, lo tiene pensado, planeado, pero no totalmente aterrizado, la agenda de su novio es algo compleja, así que han quedado  para encontrarse en la noche, hay mil cosas que hacer, la rutina normal , el trabajo  y aquello previsto para la noche.
Las compras se suceden con stress, el mercado es un caos, ha programado una cena en casa para dos, un salmón a la plancha, legumbres salteadas, arroz blanco, y cabernet blanc fresco,  chocolate y coco para el postre, y todo el tinto posterior que puedan tolerar. Ha escogido la música y ha seleccionado el presente con prevención, es solo un detalle, pero que sabe le encantará.
Una vez en casa inicia la batalla en la cocina, suena Savage Garden, y los aromas se mezclan con una voz desafinada que intenta mascar el inglés australiano de fondo, las sonrisa se sucede sin motivo alguno, Marco se siente adolescente, claro un adolescente haciendo cosas que no hubiera podido hacerlas en su adolescencia, la casa ahora es de él, es su reino, su desorden es su orden, sus aromas son solo suyos, sus 35 le quedan perfectos, pero sigue riendo como adolescente, la ilusión de estos primeros tiempos con él, se está proyectando generosamente, ha cambiado cosas que pensó no cambiaría, está haciendo cosas que pensó que ya no haría, tiene solo una justificación, una sola razón, él, se detiene y reflexiona para sí, que me está pasando? Al cabo de unos segundos se ve riéndose solo, está enamorado y parece disfrutarlo. Será su 14 perfecto, ese es el objetivo hoy ahora anda en esa ruta… la tarde fluye con mensajes de texto juguetones, él se escapa de su rutina para amenazarlo con amor, Marco responde entre frio y demasiado caliente, y persiste en esa risa que lo hace ver como ese adolescente que dejó atrás hace ya años. Prueba la sazón del pescado, enciende la arrocera y se despide de la cocina para dedicarse a él.
La tarde fluye, se acerca la hora, el plan es hacer de la noche un perfecto amanecer, volver a hacer el amor y desayunar fruta y volver a hacer  el amor, y retomar la vida más sonrientes que el día previo,  ese 14  siempre y para todos , se queda muy corto.
Cada quien planea su 14 distinto, los que tienen la suerte de Marco hacen el plan en coordinación, aquellos que se consuelan en la amistad, planean cosas más agresivas aun, y todos esos espacios fugados de la soledad, tienen la energía reparadora que necesita la vida para mantenerse encantadora, perfecta, heredable, narrable. De a dos o de a más, repletos de sonrisas y buenas intenciones, con pares, gente como nosotros, de nuestro entorno, de nuestra edad o cercana a ella, con aspiraciones o motivaciones similares, gente como tú, como Marco, como yo.
Me di cuenta hace tiempo ya, que soy gay, que amo igual o más que cualquiera, que me conmuevo y que soy capaz de conmover, que rio y lloro por amor, que necesito crecer necesariamente acompañado y que nada ni nadie hará que eso no suceda, me he enamorado y se lo perfecta que luce el alma cuando eso sucede. Espero reflejare eso ahora porque me está pasando, hay alguien que piensa en mí y que sé que se preocupa además por mí, ese Ángel de la Guarda perfecto, ideal, que me hace sentir enorme, feliz y enamorado.
Disfruten de su 14, como espero disfrutar del mío, y dejo las líneas acá.. porque tengo que chequear como va mi cocina.. Ya que se proyecta perfecta!


Feliz 14!

domingo, 3 de febrero de 2013

No hay primera sin varias más!


No hay primera sin varias mas!
Alejandro quedó tendido sobre la cama, su cuerpo brillaba bajo la iluminación que irradiaba el televisor encendido y sin sonido, sus ojos permanecían alertas, su respiración se mantenía agitada, sonreía a medias, Antony se levantó de la cama lentamente, necesitaba ir al baño, Alejandro lo observó al detalle, lo amaba.
A paso torpe logró salir de la cama y dirigirse a la puerta, estaba desnudo, la luz tenue era perfecta, hacían que sus formas redondas se potencien .. Alejandro lo miraba hipnotizado, sus más locos deseos hervían en ver, oler, sentir, y esa pasarela a media luz  lo encendía nuevamente, acaban de hacer el amor, pero una erección se proyectaba nuevamente en su entrepierna, Antony renegaba, Alejandró le pidió que camine lento, y entre risas, Antony reclamaba “en eso nada más piensas”, el morbo era total. Antony enlenteció el paso.
Era alto, pero no tanto, era grueso, sin ser gordo, sus formas redondas lo hacían muy atractivo, sus hombros, su espalda formada y esas nalgas saltonas que trastornaban  al novio, si eran novios y ya estaban varios meses juntos, la piel blanca cubierta de vellos generosamente, los risos del pelo brillaban, y su andar coqueto encendían a quien observaba desde la cama, habían llegado ansiosos de una cena con amigos, el vino había sazonado la jornada, se deseaban, tiraron la ropa en la sala y caminaron desnudos a la habitación, la jugada había sido muy rápida, los besos torpes, algo toscos, las manos habían recorrido los cuerpos con apretones exagerados, algunas marcas de mordiscos verían la luz al día siguiente, el juego concluyó con Antony tendido boca abajo y Alejandro sobre él haciéndole el amor mientras mordisqueaba su espalda, su cuello, sus orejas.
Suspiró muy fuerte y se tendió al finalizar, agitado. Y ahora observa a Antony caminar rumbo al baño, le gusta tanto, lo pone tanto, lo trastorna.
Antony sabe que es observado, Alejandro se lo advirtió, sabe que es lo que tiene y sabe cómo volver loco a su novio, no tardó mucho, retornó del baño sonriente, el reconoció esa mirada, apagó la tele, encendió esa lámpara de noche de luz tan tenue, pero constante, besó a Alejandro con fuerza y  recorrió con sus manos esa entrepierna proyectada generosamente, fuerte, como si de la primera jugada se tratase, se rieron, e iniciaron la partida, ahora calmos, juguetones era la primera vez que pasaban a un segundo round tras tan breve reparo, Alejandro estaba seguro de rendir, Antony lo retaba con la mirada, la jugada fue perfecta.
La noche había sido muy buena, Alejandro cierra los ojos, y en ese medio sueño, tiene a Antony caminando rumbo al baño, tambaleante, coqueto, perfecto, se toca y se sorprende, una erección generosa vuelve a proyectarse en esa entrepierna, gira y acaricia la cintura de Antony, quien sonríe para sus adentros. La noche aún no había concluido.