domingo, 26 de diciembre de 2010

Entre que me confieso.. y me presento..


Entre que me confieso y me presento…

Conocí a CarlosD hace más de dos años, fue por trabajo en realidad, me enviaron a esta ciudad del sur a hacer una supervisión, y este tipo era el jefe del área a supervisar, no sé cómo es que este señor obtuvo 20 de nota (en el sistema vigesimal de calificación) y se convirtió en mi mejor amigo, cómplice y socio en un blog en el que narramos experiencias, datos, y demás tonterías.

Carlos llego un viernes, se le ocurre iniciar una auditoria en fin de semana, así que me vi obligado a trabajar todo ese viernes e incluso el sábado, tuvo la gentileza de invitarme un trago una vez acabada la jornada, y seguramente, tras la conversación sazonada con varias dosis de Old Parr, darse cuenta de que teníamos muchas cosas en común, incluido el gusto sexual por aquellos de nuestro mismo género, creo que ahí nació la amistad entremezclada con afecto, aprecio, admiración, y algunas cosas más difíciles de precisar.

CarlosD estaba trastornado, aún no liberaba de su corazón una relación muy larga que había acabado en regulares términos hacía ya dos años, y cada vez que podía rememoraba los detalles trascendentes, tenía el don de transmitir las emociones de un modo contagioso, así que me animé a grabarlo, luego ya en mi casa, transcribía sus líneas y las maquillaba, creando historias, que se las hacía leer, y el retocaba nuevamente. Nos llenamos de líneas.. Pero hasta ese entonces .. Eran solo nuestras.

Carlos era un loco, metía su grabadora frente a mis narices cada vez que nos juntábamos frente a una botella de tinto, merlot usualmente, y me pedía que me explayara, yo no sabía que decir, pero tras girar la copa repetidamente, los minutos de grabación arrancaban sonrisas en mi compañero y lo hacían retornar emocionado al cabo de dos días con un cuento nacido de esa voz capturada en la memoria de un celular y escuchada calmadamente mientras sus manos tipiaban lo que se convertía en una primera versión de una historia que luego yo hacía mía, y se archivaba en ambas memorias.

El estuvo en desacuerdo, no quiso inicialmente, que todo lo narrado, y convertido en líneas, sea puesto en un blog, yo estaba emocionado con la idea , pero CarlosD es muy temeroso de sí mismo y tiene límites calculados para cada uno de sus actos, me costó un par de meses convencerlo, en realidad el artista es él, solo los primeros cuentos tienen algo mío, casi todo el resto es ya su propia inspiración, claro con mis opiniones, las cuales a veces no respeta mucho, cuelga y cumple con aquellos que lo siguen, ahora con menos frecuencia. En realidad la vida lo ha tratado bien, sus ocupaciones lo tienen absorto, pero se da el espacio aunque sea cada 10 o 15 días, para soltar algunas líneas.. Realmente, estas de año nuevo, las estamos haciendo juntos.

Carlos se convirtió en mi motor, me reseteó de aquel romance que finalizó hace mas de 4 años, me motivó a escribir, me abrió la puerta a mil amigos que leyeron y leen el blog (pese a que el contador se colgó cuando íbamos por varios miles ya), y a quienes he conocido por el facebook y el chat, habiendo intercambiado sus historias, e incluso usado varias de inspiración para las mías, le doy gracias por esa supervisión de fin de semana, que nos permitió la amistad que hoy existe, y que hemos mantenido pese a la distancia, ya que él trabaja en otra ciudad.. y nuestros intercambios ahora, son con la webcam, y el micro del msn.

CarlosD es mi mejor amigo, lo extraño cuando bebo tinto, cuando escucho a Collective Soul, cuando veo Dr. House, al ver las noticias en TV los domingos en la noche, o cuando veo un tekel en un parque, el celular me salva cuando estoy triste, y sus líneas me aterrizan cuando ando volando alto, lo quiero y le agradezco la amistad y todo lo que me ha dado, ayudándome a ser una mejor persona y un mejor ser humano, nuestra profesión (ya que ambos tenemos la misma) nos acerca mucho a la gente y a su dolor, y nos entrenan para socorrer sin involucrarnos, pero en algunos, como en él y a veces en mí, eso no se da totalmente y terminamos sintiendo lo que ellos padecen, eso nos permite entender sus emociones y en este blog, compartirlas con ustedes.

Feliz año CarlosD, sabes que estaremos juntos en una semana en esa casa de playa que tienen tus padres en Punta Rocas..

Feliz Año Carlitos, yo llevo de Tacna el Old Parr tu consigue el tinto (Merlot ya sabes), y avísale a los amigos comunes, que el asunto se prolongará un par de días.. y que preparen el ánimo.
Feliz Año a quienes, aún, nos siguen… vaya nuestro compromiso para asegurarles que aún, habrán líneas.. en este Blog que pretendemos se convierta en vuestro.

sábado, 11 de diciembre de 2010

de retOrnO


De retorno..

Daniel odia Miraflores, ese distrito limeño de extremos, el que matiza casonas republicanas mutando a altos edificios, donde el cemento se intercala con el verde, donde la infancia juguetona se combina con la adultez cana y atrevida, creo que es el distrito más rosa de Lima, rosa de tonos grises por su clima humedecido por esas neblinas casuales que ascienden del mar cercano. Lo odia. Odia a la gente sonriente conduciendo autos de lo más modernos, apurados, buscando donde parquear, y nunca encontrando espacio, odia a los jóvenes tablistas paseando en sandalias, luciendo su cabellera dorada y cargando sus tablas en la espalda, odia a los tristes agentes impacientes por satisfacer a los anteriores, a aquellos en uniforme, a los vendedores de todo y que no venden nada, a aquellos que tras ocultarse el sol enrumban a sus casas lejanas con la promesa de retornar al día siguiente y repetir la rutina.

Lo odia por que sus calles fueron cómplices y testigos de sus más serias andanzas, fue en uno de sus bares en donde conoció a Humberto, de quien se enamoró perdidamente, con quien compartió el departamentito reducido en una callecita con nombre de flores, cercano a una embajada en el mismo distrito, porque sus calles permitieron los exagerados afectos prodigados públicamente, porque en sus calles se encuentran los bares y discotecas que acogen a gente como ellos, porque en sus calles se terminó todo, y por eso Daniel Odia Miraflores.

Hoy Daniel retornó de Venezuela, trabaja allá desde hace más tres años, en realidad desde que Humberto se convirtió en pasado, porque solo así se atrevió a aceptar esa oferta de trabajo que lo tiene muy cómodo por esos lares, aunque no totalmente feliz.

Nuevamente ese distrito lo acogería, su socio, que permanecería en Caracas, tiene un departamento frente a la playa, en un decimo piso, y le ofreció refugio, así que Daniel aceptó agradecido, el vuelo no tuvo inconvenientes, ya en Lima dejó la aduana rápidamente, el equipaje era el mínimo, así que llegó pronto al sala de espera, en donde Humberto sobresalía de entre el resto, esa piel bronceada, su talla deportista, 1,80 y mas, sus rulos acomodados torpemente, esos labios, esas manos… los latidos de Daniel eran escuchados por quienes lo rodeaban, su rostro se ensombreció y se acercó lentamente a su amigo?, el abrazo fue sincero, y algo doloroso, no se sorprendió del cómo de la coincidencia, el facebook daba detalles del viaje, y más de un amigo común había amenazado con hacer alguna transgresión durante esa visita a Lima. Caminaron hablando poco rumbo al parqueo, el escarabajo rojo y envejecido de Humberto contrastaba con los demás autos, Daniel pagó la cochera y le indicó que se alojaría en el depa de Esteban, en Miraflores, Humberto sabía dónde era, Estaban era un amigo común a ambos.

La ruta cerca al mar permitía distraer la vista en los tablistas y lo verde que se asomaba de cuanto en cuanto, llegaron pronto al edificio, el auto ingresó a la cochera con el acceso de Daniel, ambos entraron al ascensor, y viajaron juntos a ese piso elevado que los refugiaría. Durante el asenso, Humberto se atrevió a decirle a Daniel que lo extrañaba, se acercó a su lado, y por más que la conciencia le gritaba a Daniel que se alejase, no puedo evitar estrellarse a su amigo, a su ex, y sentirlo latiendo como siempre, como antes, como extrañaba.

Las cosas una vez en el depa fueron intensas, la ropa voló, los cuerpos se reencontraron, las manos de Humberto recorrieron delicadamente el cuerpo de Daniel, eran tiernamente ásperas, descendieron desde su pecho hasta internarse en la entrepierna generosa, erecta y humedecida, Daniel empezó por la espalda y bajó rápidamente a las generosas y endurecidas nalgas de Humberto, se mantenía iguales, parece que conservaba la costumbre ciclista de siempre, Daniel giró ágilmente a Humberto y se enfrentó a sus nalgas, humedeció sus manos con saliva y hurgó entre los pliegues de Humberto , colocó su pene en el ingreso y arremetió, el viaje fue violento, tras un leve juego de entradas y salidas, notó el gemido sordo de Humberto y su eyaculación proyectándose en la alfombra de la sala, Daniel terminó en ese mismo instante, fue un primer encuentro breve, pero suficiente, no hablaron, se tumbaron en un sofá, no hubo besos, ni frases cómplices, solo una sonrisa sutil proyectada en ambos rostros, tras el reparo, la batalla se reinició, esta vez extensa, juguetona, se redescubrieron, se reencontraron, la cama fue el escenario, y la ducha, y la cocina, y la sala nuevamente, la noche fue corta, no hubo espacio para cerrar los ojos.

Daniel observa a Humberto dormir a su lado, como antaño, se lamenta de tenerlo ahí, pero se siente feliz de sentirlo, se pone de pie, sale al balcón, desnudo, erecto, observa el mar, observa la pista llena de luces rojas que se alejan y algunas blancas que pretenden cegarlo, y solo atina repetirse una y otra vez, en su mente y hasta en voz tenue.. que odia y odia….Miraflores… lo odia cuando no está Humberto, cuando no duerme a su lado.