Mi ausencia ha logrado que algunos de mis seguidores se inspiren, bien por eso, estas líneas son de Sebas... me pusieron mucho , espero que consigan ese mismo efecto en vosotros..
saludos
CarlosD
Iba en el asiento 38 del segundo piso, un viaje
de 9 horas recién en sus dos primeras,
despierto por la necesidad imperiosa de orinar, en el panel late la señal roja que indica esperar un momento... está exactamente sobre
el baño del primer piso... frente a las escaleras que lo conducen a él, atento
escucha el abrir de la puerta y el nuevo cerrar, espera a que el pasajero
suba... 1,2,3 minutos pasan y nada, la señal indica verde... así que decide
bajar, son 01:35 am, todo es silencio y oscuridad... desciende torpemente por
las escaleras y se ubica frente a la puerta para tirarla con fuerza... pasa de
ser el pasajero a ser el espectador de aquella escena... el tripulante del
segundo piso (terramozo) yace sentado con aquel pantalón ajustado (del que se había
percatado al abordar) hasta las rodillas, un bóxer negro de ribete blanco remangado
también, ocultando las piernas del pasajero quien simulaba ser su asiento, con
el pantalón en la misma ubicación pero enganchado a él por su virilidad...
estupefacto el espectador, el asistente y el pasajero... ni una palabra, solo
ligeras respiraciones agitadas de los amantes y un poco aceleradas de él... qué
hacer? intenta cerrar la puerta? unirse
al juego? O Solo observar? Pasan segundos que siente que son minutos... el
asistente tiene la mirada enclavada en sus ojos.. Mientras que el
pasajero está enclavado a él... le lee la mente? El espectador
intenta cerrar la puerta... pero el asistente no lo permite pero tampoco lo
invita a pasar... comienza a elevarse y sumergirse en el amante... el pasajero está
en una mezcla de sorpresa, placer y vergüenza... al tripulante solo lo inunda
el placer... ni un sonido.. ni una palabra... solo un rostro que (él) no había
visto ni en las mejores ediciones porno, ni en sus perfectos sueños oníricos.
Se elevan... el pasajero se siente en confianza... y empieza a embestirlo con
una brutalidad propia de un toro motivado por el intenso color de la sangre, no
puede evitarlo y el tripulante explota en placer sin necesidad de ningún roce
añadido, los espasmos son percibidos por el pasajero amante y lo inunda de él
en blanco lechoso.
El espectador contempla excitado toda la escena... pero
siente que es hora de culminar.. cierra la puerta y sube presuroso a su
asiento, sube primero el pasajero con la cabeza mirando sus zapatos quizás
buscando alguna prueba que lo delate o quizás no queriendo hacer frente al
espectador de lo ocurrido... al minuto sube el tripulante, no pudo evitar ver
al espectador a los ojos, con una media sonrisa le dice: todo bien señor?... El
mirón asiente con la cabeza y dice: gracias... el terramozo pasa de largo a su posición
habitual... el mirón no pudo satisfacer su necesidad, decide quedarse ahí lo más
que resista... teme bajar y convertirse en el nuevo pasajero amante, sabe que
no podría evitarlo...