Mil formas de estar lejos
Manuel acaba de leer el ultimo mail que Carlos le ha enviado
desde la oficina, se despidieron esa
mañana con afecto, y en sus líneas le recuerda que lo extraña y está ansioso de
que llegue la noche para poder reencontrarse, Manuel sonríe para sí mismo, sabe
que siente lo mismo.
Javier odia que Peter viaje, su trabajo lo tiene de un lugar
a otro, odia sus llamadas y sus mensajes al facebook o sus mails, aunque lo que
realmente odia es que Peter no esté cerca, aun no aprende a extrañarlo.
Marco odia estar lejos, odia tener que pensar en
reencontrarse, en volver a verlo, a sentirlo a jugar de frases y toques, a
olerlo, a mezclarse con su aliento, a seguir su ritmo, a tenerlo para él , en
esos momentos que son solo de ambos, odia tener que estar lejos, tener que
escribirle, tener que llamarlo, tener que recordarlo, se lamenta de la
distancia, pero se maravilla de la esperanza del reencuentro, le da energía, le
permite correr, hace que el tiempo tenga sentido, que se gaste con gusto porque
no es estático, fluye, lo acerca a él.
Juan Carlos vive de esperanza, de saber que está bien, que
está tranquilo, que tenerlo en mente es tenerlo vivo, hacerlo eterno mientras
duren nuestros latidos, de haber sabido que existió, que dejo su marca en
quienes lo amaron y que permanece ahí, extrañado por quienes aun lo recuerdan.
Tuto vive sonriente esperando que llegue este fin de semana,
Miky retorna como cada mes, tiene clases, pero además viene por él, su
complicidad les ha regalado ya tiempo, y se perfila en esa dirección, hoy les
ha tocado extrañase por distancia y trabajo, pero se promete convivencia y felicidad,
rico esperar así que lleguen nuestros fines de semana.
Renzo aun no tiene a quien extrañar, lo hace platónicamente,
como todos en algún momento, sabe que llegará, se hace mil ilusiones y fantasías
vinculadas a la perfección, sé que no será así, pero que va, son sus sueños, y
mientras lo sean, que tengan todas las sonrisas y colores que su imaginación le
permitan
Ahora me dispongo a eso mismo, a recordar, a saber que a tu
lado es perfecto, que me puedo dar el placer de extrañarte, que añoro verte y
tenerte para mí, que será posible, porque
estás ahí, para mí, pensando en ambos, en lo que somos cada quien junto al otro, y en que la distancia nos
permite esas sensaciones extrañas que solo se pueden sentir cuando se quiere.
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