Declaraciones…
Ambos se conocieron ya varios años atrás, el trabajo
permitió el contacto inicial, uno supo del otro por comentarios cercanos, el
otro simplemente lo supo al verlo. Fueron distantes por mucho tiempo, y las
cosas solo se acercaban por estricta necesidad, en aquel entonces, uno con
novio, el otro solo pero entretenido en mil cosas…
En alguna ocasión, compartieron mesa en una reunión de
trabajo, y tras el hielo roto gracias a algo de alcohol, las sonrisas se
hicieron cómplices y la conversación se aisló de la del grupo. La amistad se
consolidó y al tiempo, las confidencias se hicieron frecuentes, ambos se
esmeraron en resaltar que se hallaban solos y que esperaban que llegase alguien
ideal para compartir el resto del
tiempo. No se dieron cuenta que se buscaban el uno al otro.
Tras noches interminables de conversaciones extremas, de
algunas caricias sutiles y besos robados, ese día las cosas se dieron sin pensar. Una mañana
en el club, jugando en la piscina y sazonada con cervezas, un almuerzo
campestre con el grupo en pleno y una fuga posterior a casa, terminaron ambos acomodados
en la cama, en fetal repliegue, el uno al frente del otro, capturada la mirada
del uno, por la mirada del otro, las palabras solo fluyeron:
“ ….Sabes que no he hecho las cosas como deben de hacerse,
fui torpe e injusto, y quizás por eso, otros han salido heridos, y no creo
merecer lo que tengo, lo que siento, no se si soy bueno o malo para ti, pero
esto es lo que te ofrezco, a mi, con mis mil defectos, con mis taras, mis
reniegos, mis frustraciones y lamentos, con esta sonrisa a la que se les
escapan lágrimas, con mil problemas que escapan a mi y que si deseas pueden ser
tuyos, me muero por pasar el tiempo contigo por saber que me quieres así como empiezo quererte. Pero solo tengo esto, a mi, así soy
y si tu quieres quiero ser tuyo: quieres estar conmigo?”
Ahí tendidos, y cogidos de las manos, él solo atinaba a
mirarlo fijamente, escuchó cada palabra con alegría plena, y su animo se vio
invadido por la emoción , sus ojos lloraban a mares y su respiración se
acompañaba de gemidos involuntarios, su cuerpo se estremecía con cada párrafo,
y sus manos ajustaban las de él con cada sollozo. Al cabo de la declaración
solo atinó a decir “si” lo dijo una, dos y cien veces, para afuera, para
adentro para consigo mismo, tras miles de besos que consolidaron ese instante,
aun sueña con en ese momento, fue divino, ideal, los unió y aun los mantiene
juntos, soñando juntos, planeando en crecer juntos, en construir juntos en ser
uno.
… Mis mejores deseos, creo que se merecen el uno al otro,
vaya nuevamente mi sana envidia, para hacerlos felices.
(Para Ustedes… en sus inicios..ahh y sorry si exageré la
alucinada, pero así sentí la historia)
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