viernes, 18 de noviembre de 2011

De esos Reencuentros


De esos reencuentros
Por más grandes que sean las ciudades, siempre hay lugares en los que todos coinciden. Juan llegó a una reunión de trabajo  y en una de esa vueltas al acecho de nuevas publicaciones, se cruzó con Beto,  era él, estaba seguro, no había vuelto a verlo desde hacía más de 15 años, pero el tiempo no podía borrar ese rostro que está marcado más allá que en la sola memoria.
Cuando se conocieron, Beto acababa el colegio y Juan la Universidad, todo empezó como algo casual, pero se hizo una relación estable, con todas esas cosas que uno espera encontrar en el otro,  duro como dos años, cuando cambiaron al padre de Beto de ciudad (vida de militar), y con él migró la familia, mantuvieron el contacto por breve tiempo, pero se perdieron el rastro. Al paso de más 15 años, hoy coinciden, y Juan no sabe cómo actuar.
Su primera idea fue escapar, se sentía extraño, ya no contaba con la belleza de aquellos veinte cinco años, hoy pasaba los 40, mientras que Beto, con 33 más o menos, lucia encantador, por más que intentó mezclarse entre el resto, las miradas coincidieron y dieron paso tiernas sonrisas y a la marcha para el reencuentro.
Un abrazo los unió con fuerza, como si se hubieran visto ayer y el día antes de ayer, ambos sonrieron francamente, y cruzaron frases de saludo, sorprendidos, emocionados, caminaron juntos, confesaron que andaban de ocio, en la marcha se contaron cosas breves el uno del otro, Beto vivía con Gustavo, su novio, en una ciudad al norte, ambos eran ingenieros, y tenían una empresa de construcción, les iba bien, Juan comentó que pese a ser abogado, nunca ejerció tal cual la profesión,  se dedicó a la empresa familiar, y eso le había permitido viajar mucho y no establecer una casa con alguien en ella. Sin darse cuenta se dirigían al hotel que albergaba a Juan. Beto confesó estar  solo en la ciudad también.
Al llegar, se miraron con picardía, te invitaría a subir comentó Juan, pero sabes que no soy tan atrevido, subiría con gusto si tan solo lo pidieras, susurró Beto, se apresuraron al ascensor, la chica de la recepción les dio la llave sin tiempo para preguntar por la identificación del acompañante. .
Ya en el ascensor, se miraron con deseo , Juan se acercó a Beto y lo besó, Beto no correspondió, pero tampoco retiró sus labios.
En la habitación, no hubieron palabras, la pasión los embargó por completo,  Beto se desnudó con rapidez, no dejó que Juan lo ayudara, como mandaba el protocolo del juego, quedó desnudo frente a un Juan sorprendido, con solo la correa afuera, miraba a su amante con detenimiento, cómo había cambiado, estaba hermoso, los años habían hecho el mejor trabajo del mundo,  mantenía esa talla alta, pero ya no la delgadez de la adolescencia, sus formas eran redondeadas, los risos del pelo cortados cuidadosamente, las cejas gruesas libradas de esa unión central entre ambas, sus ojos enormes con esas pestañas risadas, los labios rojos y gruesos, los hombros, los brazos, el pecho, todo tallado por un artista experimentado, su pilosidad recortada con cuidado, su pene erecto, proyectado  arriba, latente, sus testículos colgando simétricos,  las piernas largas y robustas, las nalgas saltonas y brillantes, me miras mucho, comentó coqueto, luces bien, los años han marcado tu atractivo, gracias comentó Beto, mientras giraba lentamente mostrando aun mas sus formas.
Apago la luz?, preguntó Juan, en el fondo no quería desnudarse frente a Beto, los años no lo habían tratado como a su exnovio,  con calma le susurró Beto , yo también quiero verte, y lentamente le desabotonó la camisa, mientras le besaba el cuello, Juan empezó a rasurarse la cabellera desde que sus entradas empezaron invadir su cabeza, tenía unos ojos grandes y celestes como el agua, su piel era pálida, y las arrugas se acentuaron al rededor de sus ojos y labios, mantenía una sonrisa preciosa y unos dientes perlados que alabó Beto.
La camisa cayó al suelo dejando ver un tórax de vello dorado, delgado y recto, de escaso pectoral y hombros estrechos, de largos brazos, de cintura algo invadida por el abdomen, hueles  a madera le comentó Beto al oído, mientras desabotonaba el pantalón, la fragancia de siempre le dijo Juan, el pantalón se deslizó al suelo junto a unos bóxer a cuadros, Juan quedaba expuesto, sus piernas velludas , su genitalidad frondosa, mostraba un pene rosado, erecto, de glande desnudo por una circuncisión infantil, generoso , largo y grueso, simétrico y estético, lo recuero bien comentó Beto, no has cambiado mucho y sonrió. Los besos dieron paso a lo demás. Hicieron el amor por más de una hora,  y fue distinto, calmado, sin acrobacias, con exageración en aquellas cosas que Beto sabía que alocaban a Juan y que Juan sabía que hacían tiritar a Beto, lo besó donde él siempre pidió que lo besen, lo penetró con la delicadeza que nunca tubo y que siempre reclamó Beto años atrás. Fue un reencuentro sexual perfecto.
Al terminar, Beto lo miró a los ojos y confesó que solo Juan le hacía el amor de esa manera, solo él había logrado hacerlo llegar al cielo sin tener que tocarse, con sentir su pene dentro suyo, invadiéndolo  rítmicamente, lograba arrancarle los fluidos que en otros casos,tenían que ser extraídos con ayuda de una paja. Juan sabía lo que le comentaba Beto, lo habían hablado hacia años, Juan lograba que Beto tuviese un orgasmo extremo solo con ser penetrado por él.
Sonó el teléfono, Beto contestó apresurado, si amor, dijo, en este momento me conecto. Cosas del trabajo, le comentó a Juan, si ve, no te preocupes,  te volveré a ver? Eso sería bueno, claro pero cuando?, en 15 años? Espero que no tenga que pasar tanto tiempo se miraron por largo rato, se sonrieron, sus ojos se humedecieron, Beto se vistió rápidamente, y salió de prisa, olía a madera, no quería perder ese aroma. Juan se tendió sobre la cama, encendió un cigarrillo, desnudo, mirando al techo, las lágrimas invadieron sus ojos mientras sonreía.

4 comentarios:

  1. UNA HISTORIA QUE NO SE COMO LLAMAR.....O LLEVARLO::::::CONOCI A UN AMIGO EN UN PAIS LEJANO, CON ELK TIEMPO FUIMOS SALIENDO A TOMAR Y A PASEAR, ASI LLEGO OPORTUNIDADES DE TERMINAR EN LA CAMA,LA PRIMERA VEZ FUE EN MI CAMA, EL INTENTO PENETRARME Y SOLO FUE MOVIEMIENTOS.......LA SEGUINDA EN LA CASA DE UN AMIGO Y FUE ESE DIA DONDE TUVE MI PRIMERA EXPERIENCIA Y FUE DURO PARA MI,PERO A LA VEZ M GUSTO POR QUE FUE CON EL...NO HABLAMOS D ESO, Y ASI AL TIEMPO PASO OTRA VEZ Y ASI COMO CINCO VECES, ASI PASO Y COMENZAMOS A PELEAR COMO AMIGOS Y COMPAÑEROS DE TRABAJO, ME ALEJE DE EL Y TERMINAMOS PELEADOS, PENSE K ESO HABIA PASADO, REGRESE A MI PAIS Y PASO EL TIEMPO Y TUVE K REGRESAR A COLOMBIA, AHI TUVE K VERLO DENUEVO Y UN DIA VOLVIO A PASAR LO K HABIAMOS PASADO CLARO SIEMPRE MAREADOS O BORRACHOS, PERO PASO Y ASI DENUEVO ME REGRESE Y NO LO VI, AL TIEMPO REGRESE A COLOMBIA Y AHI LO VEO, YA NO TRABAJAMOS JUNTOS PERO ESTAMOS RECUPERANDO ESA AMISTAD K HUBO, EN SI YA ENTENDI K ESTOY ENAMORADO DE EL PERO NO SE SI EL SE ACUERDA DE LO K PASO Y NO S K PIENSA EL DE MI, CLARO EL TENIA ENAMORADA EL TIEMPO K LA PASAMOS Y TENIA AA OTRAS MAS, AHORA ESTA SOLO Y NO S,SIGO SINTIENDO LO MISMO POR EL Y CADA VEZ K M LLAMA ESTOY AHI, LA VERDAD NO SE K HACER Y K CREER Y NO S K DEBERIA HACER.AMIGOS K DEBERIA HACER .LE DIGO K SIENTE POR MI. PERO UN DETALLE, LA NOVIA TERMINO CON EL PORK S ENTERO K TENIA OTRA NOVIA, AHORA EL ESTA SOLO TRISTE, PERO CONMIGO ESTA MAS TRANKILO Y M HIZO ACORDAR LO K HACIAMOS ANTES ,ESO DE PASEAR Y TODO. ESTOY ILUSIONADO DE EL.

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  2. Hey Bryan, cheere que sigas el blog.. me las daré de consejero.. creo que tendrías que evaluar bien las cosas... ha pasado tiempo y las cosas algo desordenadas, que tipo de sentimiento tienes por él, parece q es solo una fijación y la atracción propia de que fue el primero. Racionalmente, déjalo ahi... conoce gente, e inica algo distinto...
    un abrazo y mucha suerte
    CArlosD

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  3. En muchos de los cuentos tuyos que he leído la historia se sobrepone a la forma. Confieso que ahí esta el atractivo de tu prosa. La cual no es ni grandilocuente ni complicada. Desarrollándose en un lenguaje sencillo, captas la atención de lectores ansiosos de fagocitar experiencias ajenas o de reconocerse en ellas.

    Muy buena pluma, Carlos D.

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