Osos y rarezas.
Javier es delgado, muy delgado, alto y de mirada
triste, está iniciando sus treintas,
vive con Mauro, su novio, trabaja en una editorial, es responsable del arte. Conoció
a Mauro, en una red social en la que se hacían pedidos extraños, el pedido de
Javier, fue el querer encontrar un hombre de su edad, subido de peso y recubierto de pelo.
Mauro está de viaje, trabaja como visitador médico de una
línea pediátrica, cuando contactó con
Javier, supo que eso sería serio, él quería a alguien diferente, “extraño” puso
en su solicitud, Y Javier ciertamente que lo era.
El primer encuentro fue sexual, ambos cambiaron teléfonos,
se oyeron, se agradaron, rieron mucho en
esa primera llamada y abiertamente quedaron en encontrarse para tener sexo,
claro, si pasaban la premisa esa de la
química, cosa que se dio de inmediato. La cita fue en una placita cerca a muchos hotelitos de hora y
media, y tras un apretón de manos
insinuoso, caminaron juntos a uno de esos albergues, se registraron sin vergüenza y subieron a un
cuarto lleno de espejos, sábanas rojas, y cerámico negro en el baño.
Javier se tendió en la cama con ropa, y le pidió a Mauro que
se desvistiese lentamente, Mauro quiso besarlo y Javier rehuyó con delicadeza,
Mauro lo tomó tranquilamente, ya verás se dijo, y se quitó las botas, tenía
calcetines negros muy finos, luego desabotonó su camisa a cuadros quedando en
jean, su abdomen dominaba el panorama, era alto, como de 1,80, usaba el pelo al
ras con patillas y barba , sus cejas
gruesas enmarcaban unos ojos enormes y negros, la nariz recta y los labios
finos, era guapo, el cuello corto y el pecho ancho, los pectorales recubiertos
de grasa mamilar tensa, y sobe ésta una cubierta de vellos negros que se
extendía hasta la espalda y sobre los hombros, su abdomen prominente, esférico,
se proyectaba por sobre el pantalón, Javier lo miraba excitado.
Mauro desabotonó la enorme hebilla de su correa de
vaquero y la dejó caer junto con el
pantalón, un bóxer ancho de a cuadros,
corto, cubría un pene erecto proyectado sobre éste. Luego retiró el bóxer,
dejándose ver desnudo, solo con esas medias negras finas, era hermoso para
Javier, sus nalgas enormes pero duras, sus piernas torneadas pero de un calibre
exagerado, todo sazonado por esa pilosidad ensortijada que cubría cada rincón,
cada pliegue, cual maleza en un campo abandonado y humedecido, su pene se proyectaba erguido, era grueso en
su base, pero afilado a la punta, el prepucio había sido retirado, y el glande
se mostraba rojizo, brilloso,
desafiante, Mauro se tendió sobre la cama, y fue ahora Javier quien lo
llenó de besos.
Hicieron el amor enloquecidamente, la gordura nunca fue
sinónimo de torpeza, Javier no se desvistió, no mostró sus formas lánguidas y
afiladas, solo desabotonó su pantalón y lo bajó sutilmente para que su amante lo penetrara agitadamente, antes de
que éste concluya, escapó sutilmente para girar a su oso y enfrentarse a sus
nalgas con un pene enorme, muy largo como él mismo, de glande ensanchado,
fuerte y recubierto de piel canela, lo penetró sin vacilación, ni la
frondosidad pilosa del ingreso impidió la batalla que lidió ese guerrero ansioso;
la fricción fue violenta y el fin
humedeció la espalda hirsuta de un Mauro extasiado.
Se reía para sí mismo, pero con energía, Javier preguntó qué
pasaba, y Mauro solo atinó a decir, que le resultaba todo lo extraño con lo que
él había soñado siempre. Son novios hace más de
un año, viven juntos, Javier se muestra desnudo cada vez que lo
doméstico se lo permite, pero cuando hacen el amor, siempre le pide un tiempo a
Mauro, para ponerse la ropa y corre a buscar en el cajón de la cómoda, un par
de medias negras finas, que calza tiernamente en su novio, el oso.
Esta tarde lo espera ansioso, aun no se imagina como sorprenderá
a Mauro, pero está seguro que lo hará, seguramente de lo que me sorprendí yo
con este relato, que en esencia es la historia de un Mauro y su Javier, a
quienes considero amigos virtuales desde hace más de un año, y con los que he
coincido en esas redes de pedidos extraños, en la que alguna vez linkié este
blog. Mi saludo para ellos.