lunes, 12 de abril de 2010

BiKinis , BóXeR y OtrAs MonaDas


Bikinis, bóxer y otras monadas

La mañana del lunes, vuela en stress, uno tiende a alargar el fin de semana, y quisiera no levantarse para el trabajo, la universidad o lo que nos corresponda hacer, de la cama al baño, rasurarse, la ducha, al guardarropa y a seleccionar lo conveniente, de adentro afuera, siempre arrancamos por el calzoncillo, aquel atuendo que se encarga de reguarnecer en comodidad a nuestro aliado más fiel y a su par de acompañantes, yo prefiero los bikini, de pretina ligeramente ancha, en colores únicos pero no aburridos, a veces bóxer, en similares características, en plan relajo los bóxer anchos, o sueltos, también me resultan tentadores, aunque dependiendo de la actividad que realicemos, esos roces que generan podrían resultar incómodos.

Uno suele guardar algunas preferencias referidas a esa ropa intima, tenemos algunos para usar con jean, esos que muestran la pretina y que seguramente denotan alguna marca o color peculiar, o esos que guardamos para dormir plácidamente (solos), anchos y cómodos (usualmente viejos), o esos, otros, que usamos para lucirlos, sea compartiendo el dormitorio al viajar, o visitar largamente a alguien, o para mostrar en el previo a la faena amatoria, esos especiales, que según los gustos, pueden ser de varias formas y materiales.

Existen algunos que transforman, nos sacan nalgas, o las elevan, agrandan la proyección genital y nos pueden hacer lucir distintos en ese segmento tan limitado que les compete.

Juan se citó con Jair, lo conoció por chat y el encuentro estaba planeado para ser meramente sexual, ingresaron apresurados al hotel, había ansiedad en ambos, Juan activo y varonil, Jair moderno y discreto, Juan se desvistió rápidamente y se tiró sobre la cama, la erección se proyectaba desde antes de llegar a la habitación, Juan no permitió que Jair apagase la luz, le gusta ver qué es lo que se hace y los detalles del cuerpo y rostro del amante ocasional, Jair se plantó frente a la cama, desató las hileras de sus zapatillas de lona, y las retiró rápidamente, descalzó sus medias , retiró el polo blanco y ceñido quedo en jean, desató la correa, y desabotonó el pantalón, el mismo que deslizó lentamente sobre sus muslos gruesos, lucía una ropa interior extraña, encajes delanteros, algo floridos, en tono rojizo, el encaje se proyectaba adelante para terminar lateralmente y hacía atrás en francos hilos, era una ropa que no le pertenecía, era para ellas, y Juan buscaba un hombre, su erección aterrizó rápidamente, y el deseo se esfumó, la faena se retomó al cabo de alguna negociación, pero esa primera impresión fue total, Juan borró a Jair de su agenda telefónica.

Existen transgresiones, lo diseñado para ellos puede tener mucho de aliado en delicadeza y finura, pero lo de ellos no es lo de ellas, desde mi visión me desencanta cuando ellos hacen uso de lo diseñado para ellas, coincido plenamente con Juan.

He visto locuras, dibujos animados, colores encendidos, otros fúnebres, algunos clásicos, otros exóticos, en formas, tamaños y materiales, algodón solo o elasticados, o con adicionales transparentes, algunos pequeños, otros grandes o largos, otros de elásticos, o de armazón más rígido, existe uno para cada gusto. Pero es claro, que ese gusto exigente y variado para este implemento indispensable es netamente GAY. Por vuestro atuendo te reconozco, y esta prenda nos delata. En la visión panorámica en el vestidor de un gimnasio o camerino deportivo, es fácil encontrar aliados, solo hay que fijarse en lo “distinto” de su calzoncillo y sabremos en ese espacio, que somos más y nos damos señales que se irradian de lo particular de nuestros gustos.

1 comentario: