viernes, 4 de junio de 2010

A tono Alto


A tono alto..

En realidad soy poco afín a soltar líneas subidas de tono, pero Rafael fue tan insistente, que no queda otra, además como qué disfruté al transcribir tu llamada de anoche.

Me cuentas----
Sabias que vendría y te preparaste como nunca, te rasuraste, limaste las uñas, y tomaste el baño más largo de la semana, tras eso un poco de crema hidratante, esa sin olor que te gusta tanto, aseo dental extremo, y colonia suave, en aquellas zonas que suelen ser no exploradas, no querías incomodarlo.

Lo conociste un par de días antes, y se agradaron, tras la primera incursión sexual, te gustó, así que tenía que repetirse, dependía de ese día saber si lo verías nuevamente, o simplemente lo dejarías marchar en su rutina de viajes por las ciudades cercanas, los previos fueron telefónicos, y de mensajes acalorados, había ternura de fondo, pero, mandaba el son agresivo y la promesa del juego arriesgado para esa noche.
El llegó puntual.

Esta vez no hubieron previos esforzados en frases simples poco comprometedoras, hubieron miradas coquetas, frases sueltas de invitación y… fuga a la cama. Besos entre tiernos y fuertes, el aprieta con ternura y dureza simultánea tus labios entre los suyos, recorre tus orejas y cuello con experticia y tu sueles dejarte, gimiendo suavemente mientras incursiona. Primero su camiseta sale de escena, la tuya hace lo propio, tras eso las medias y los pantalones, el clima es gélido, pero ustedes juntos elevan la temperatura, pese a eso, y con la tenue luz que irradia un televisor encendido y mu lo invitas a sumergirse bajo los cobertores, el acepta, no hay torpeza en los movimientos, fluyen, ya se conocen.

Puso la música perfecta, suena a lo lejos y al mismo tiempo está presente marcando la pauta, él te susurra algunos párrafos de letras inglesas hablando de amor trastornado, tú disfrutas, su selección es perfecta.

Te gusta verlo desnudo bajo la cama, su piel suave contrasta con la tuya velluda, sus curvas trabajadas con tus formas afiladas, su barba suave con la tuya hirsuta, tu mirada ansiosa con la profundidad en la suya, ambos deseosos de seguir lo iniciado, cuatro manos recorren planicies curvas y prominencias, aprietan y estrujan al mismo tiempo que acarician y disfrutan, se detienen en los rincones mas sospechados, el te aprieta con fuerza, ahí donde tu masculinidad se manifiesta eréctil y fluyendo y fuga rápidamente a tus nalgas para perderse en la entrada a tu interior, la misma que empieza a mostrarse generosamente dispuesta a permitirlo todo. Te agrada que siendo tu hombre, reconozca tu hombría cogiéndola con generosidad. Tú te muestras dispuesto, pero te tomas tu tiempo, lo seduces con tus curvas, lo tientas con tus labios, pero no das el pase aún.

El coquetea con su virilidad y tus labios juegan en sus fronteras, tu lengua hace suya su pecho, su abdomen, sus ingles, pero no su pene, aun no es el momento, o aun no es el indicado. El juego continúa. Giras expones tu espalda solicitándole tiernamente que te explore, el lo hace fluidamente, saborea tu espalda, tus nalgas, las que muerde delicadamente, humedece tus quebradas y coquetea con sus dedos, luego sobre ti, sientes su pene erecto explorar las zonas, y permitirse jugar en tus puertas, tú te sobresaltas, pero te gusta. El te susurra su ansiedad y tu estas presto, la música sigue.

Rápidamente el se protege, la textura es fina y el entalle perfecto, se conoce, tu lubricas tus nalgas y su pene con suavidad, el sobre queda escaso, pero será suficiente, el sobre ti, frente a frente, eleva tus piernas con suavidad sobre sus hombros, toca tu ano suavemente, está dispuesto, complaciente, su pene se proyecta en su ingreso y presiona suavemente, tú no tienes que pedírselo, él es delicado, cuando menos lo imaginas está en ti, moviéndose pausadamente, tu extiendes tu cuello, intentas besarlo, pero los besos se frustran, el placer es mayor, no requieres esos complementos, el te besa, breve y efusivo, eleva tus piernas, las coloca juntas hacia un lado luego al otro, observa la entrada y salida de su miembro pleno en tus adentros, presiona tus pantorrillas, las muerde, acaricia tus pies, los muerde.

Luego te pide ponerse pie y sigue rítmico mientras abres tus piernas, de pie con tus manos sobre la cama, luego subes y de rodillas y apoyado por tus manos, recibes vaivén en ti, el agarra tus nalgas, las aprieta y palmea, la música sigue y tu disfrutas.

No puedes mas y te dejas caer en decúbito, el sigue dentro tuyo rítmico y agresivo, acelerado de tiempo en tiempo, hurga bajo tu vientre y encuentra tu erección, la presiona la masturba , sale de ti, ambos están a puertas, se tocan se rosan.

La música sigue, se miran, disfrutan de sus cuerpos, intercambian las manos, se friccionan, retornan a cada quien, se dan pauta, y llegan plenamente, casi a simultáneo mostrando esas sonrisas cómplices y placenteras que permite un orgasmo, uno tan bueno como el que se han permitido los hasta ahora, casuales amigos.

No niego que tu relato ha generado algunas sensaciones en mi, eres claro y al mismo tiempo detallista, sé que estás ansioso por que llame, o mensajee, sé que no quieres q siga siendo casualidad, quieres más, en lo simple, espero se dé, espero me cuentes, espero me permita volver a escribir en tono alzado.

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