sábado, 14 de noviembre de 2009

III. Viendo atrás : Placer forzado


III. Viendo atrás : Placer forzado


Hoy el tiempo es mi aliado, puedo disfrutar de él, sin temor a sus límites. Me he dedicado a ver hacia atrás, calmo e inmerso en mi propio silencio. Veo mi vida pasar en mil escenas, como las fotografías de un viejo álbum, hay fotos coloridas y otras no tanto, pero todas me pertenecen ya que me veo en cada una de ellas.


Seleccioné una foto de tantas, algo triste, ya que aparezco en llanto mirando a la nada, recuerdo claramente ese día; hay cosas que por definición son malas, una de ellas, muy grave para cualquiera, no lo fue tanto para mí, bueno, el contexto y la acción fue repudiable, pero la esencia, marcó mi vida y me hizo reconocerme tal cual soy.


Creo que cursaba el segundo año de secundaria, ahí por los 12 o 13 años, era menudo, algo flácido y delgado, me había retrasado en la clase de deportes y me quedé aparentemente solo en los vestidores del colegio, salía de la ducha, y al salir del bañó note que no estaba solo, Alonso un chico de último año estaba sentado frente a los casilleros, desnudo, y me miraba fijamente mientras se masturbaba, yo sentí cierto temor, Alonso era el jugador de futbol más destacado del colegio, era alto, y de contextura atlética, no muy guapo, pero siempre rodeado de gente guapa, quise retornar a las duchas, pero él se puso de pie y avanzó hacia mí, no supe que hacer, me quedé paralizado , él no dijo palabra alguna , solo empezó a tocarme, arrancó la toalla que rodeaba mi cintura y con una de sus manos cogió mis nalgas y las apretó fuertemente, mientras con la otra seguía friccionando su pene, erecto e imponente, yo empecé a temblar, y me veo temblar ahora que recuerdo esa escena, recuerdo que me causaba dolor con esa mano tras de mí, al cabo de un minuto subió su mano hasta mi cabeza y me condujo tirando de mis pelos hacia su pene, me susurro una advertencia sobre lo delicado que debiese ser y me hizo practicarle sexo oral, algunas lagrimas corrían por mis mejillas, mi corazón latía rápido, y mi pene se erectaba sin yo poder evitarlo, estaba acaso disfrutando?, él notó lo que me ocurría y prontamente me puso de pié , me giró enfrentando su pene a mis nalgas , humedeció su pene con saliva y lo introdujo bruscamente en mí, yo gemí fuertemente y el empezó con un vaivén que concluyó rápidamente en dentro mío, retiró rápidamente su pene, y susurró carca a mis oídos, la amenaza que me impedía comentar lo que había pasado esa tarde. Yo regresé a la ducha, me di nuevamente un baño y mientras el agua caliente rebotaba en mi piel, me masturbé recordando lo que me acaba de ocurrir.


Fui violado y me gustó, cada vez que me crucé con Alonso durante ese año, mi cuerpo se manifestaba extrañamente, me sudaban las manos, mi corazón saltaba, y yo rehuía a su mirada, pero interiormente quería coincidir e insinuarme, quería poder repetir lo que ocurrió esa tarde, pero hacerlo bien, asociarlo a besos y caricias y en un lugar más intimo.


Yo soy gay, o fui gay, Alonso no descubrió nada nuevo en mí, yo ya sabía cómo sentía, él solo fue esa primera vez, triste y forzada, pero irrepetible. Esa tarde regresé a casa, y abrí la ventana de mi cuarto, dejé que el viento me golpease el rostro, creo que no me sentía ni sucio ni malo, lo que se hubiese esperado en cualquier caso de sexo forzado u obligado, me sentí triste por la forma de esa primera vez, que suponía debiese ser única, y por eso lloraba, y esa es la foto que hoy contemplo en este álbum de recuerdos que me he propuesto hojear, por que el tiempo me sobra.

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