V. De amores
Conocí a Daniel en la universidad, el estudiaba en la facultad de enfrente, y acababa de ingresar a la carrera, yo ya andaba por el tercer año, y esa era nuestra diferencia de edades además, no era lindo, pero era especial, desde que cruzamos la mirada por primera vez, supimos que algo iba a pasar entre nosotros, y así fue prontamente.
Una tarde coincidimos a la espera de la movilidad, y atrevidamente, me propuso iniciar la caminata por la ruta en la que ambos coincidíamos, yo acepté, algo dudoso, ya que no lo conocía, pero como me gustaba, no me hoce de rogar, hablamos un montón y al despedirnos cambiamos correos electrónicos, y desde ese momento empezó el coqueteo virtual y hasta insinuaciones sexuales, seguidas de risas en red, y de la promesa de cumplirlas.
Una tarde me invitó a su casa y las cosas se dieron, terminamos desnudos en su cama, tras haber intentado hacer el amor, no resultó fluido, fue torpe, y algo incomodo, su inexperiencia y la mía, hicieron dominio de esa tarde, pero no sentí pudor, ni molestia, quedamos en repetir la faena, corrigiendo aquellas cosas que nos parecieron fallidas.
La última vez que hicimos el amor, fue pleno, disfrute hasta de sus olores, que se fundían en los míos, de su respiración, que marcaba el paso, y de esas expresiones del dolor pasional que genera el ingreso y la salida rítmica de los cuerpos en los cuerpos, y que se manifiesta en gemidos cálidos que manifiestan mucho más que solo placer. Fue casi perfecto, ya que la perfección, por ponerme a la perfección como meta, aunque no sabría como distinguirla después de lo logrado con Daniel. No sé si lo amé, pero fue único, y reí mucho con él, estuvimos juntos casi un año, y al partir él, en esas decisiones adolescentes, quedamos en no comunicarnos, para no extrañarnos, ya que fue el destino, aquel en el que otro manda, sus padres en este caso, los que lo hicieron partir fuera del país, y permanentemente, Daniel, lo siento, esto que he hecho es algo que no podía evitar, sé que me entenderás, ya que mis pecados, han contado siempre con tu complicidad, viéndolo así, me ratifico, no sé si fue amor, pero fue complicidad perfecta, exclusividad y placer.
Tras él, fui muy casual, esporádico, y a veces abstinente, de extremos creo, no la pasé mal, disfruté de lo que mi cuerpo me podía brindar, elegí y creo que no permití ser elegido, jugué, y creo que no me di cuenta si jugaron conmigo, no la pasé tan mal, así que esa página en esta historia, la de mi vida, puede cerrarse con una sonrisa, sin pendientes, lamentos ni arrepentimientos.
Para mi fue algo bonito,pero por que dejarse de comunicar para no extrañarlo? La vida da sorpresas quizas llegue a verse de nuevo. y abra muchas preguntas y respuestas. ED
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