martes, 19 de enero de 2010

DesCubriÉndose


Descubriéndose


Renzo tiene 12 años, va en segundo de secundaria, estudia en un colegio privado de vinculación inglesa, aunque su ascendencia no es precisamente de esos lares, ya que Renzo es de color, muy moreno como se describe él, es alto y delgado, de porte atlético pero con odio a esas disciplinas, prefiere la clase de arte y el teatro, no es malo en las demás asignaturas, pero su perfil está direccionado a esas vocaciones, tiene talento. Su padre un tipo de color, profesor de matemática y que en su juventud fuese un deportista destacado, seleccionado de atletismo del país, su madre profesora también, de italiano, ella, más bien de tez clara y pelo castaño, ojos marrones de mirada profunda. Renzo heredó esos ojos así como el color y las formas de su padre.

Esa mañana Renzo estuvo preocupado, meses atrás había notado que su cuerpo cambiaba, la voz se tornó ronca de la noche a la mañana, no le dio tiempo de asimilarlo, algunos de sus compañeros andaban disfónicos, él la pasó sin contratiempos; apareció el vello en su cuerpo, la región púbica y las axilas, sus olores cambiaron así como sus gustos. Pero esa mañana, fue distinta, despertó agitado, su pene estaba erecto, nunca se había observado tan al detalle esa parte de su cuerpo, notó que era grande, había visto a sus compañeros en la ducha tras las clases de educación física, y en esa flacidez, notó que él llevaba la ventaja de su raza muy marcada, hoy se tocaba, y percibía esa grandeza con orgullo, sus testículos aún pequeños colgaban cómodamente, escasos vellos gruesos y ensortijados se asomaban por la zona. Pero estaba contrariado, el sueño que lo había despertado agitándolo, era extraño, se veía a él desnudo, rosándose toscamente los genitales, mientras observaba a uno de sus amigos cerca a él , haciéndole el amor a una mujer mayor, en ese sueño, Renzo no la miraba a ella, estaba extasiado mirándolo a él, lo conocía bien , pero nunca desnudo, solo en este sueño pudo proyectar esa idea sensual de su amigo de nalgas saltonas y manos inquietas, penetrando a esta mujer, Renzo deseaba ser ella, y se rozaba cada vez mas bruscamente, hasta que por fin despertó humedecido y sonriente, sin comprender pero feliz, su ropa estaba manchada por sus secreciones, su mente no ponía las cosas en orden, esa mañana de contrariedades, Renzo se volvía adolescente y se descubría gay.

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