Padre e Hijo
Augusto es padre de Mario, Mario es su único hijo, tiene 16 años, y llego tarde a su vida, Augusto marcaba los 40 cuando nació Mario, lo vio crecer con amor, estuvo siempre a su lado, y al de su esposa cada vez que fue necesario, realmente lo ama y está orgulloso de él.
Los sábados por la tarde, ambos salen a caminar, Augusto compra el periódico y Mario disfruta del suplemento de farándula, caminan a casa juntos y toman un helado , Augusto coge siempre el hombro de su hijo a modo de abraso, mira de frente, eleva el mentón y luce orgulloso a su apuesto hijo. Eso es cierto, Mario es muy atractivo, es delgado, alto y de porte militar, el pelo rizado, las pestañas largas y los labios delgados, le dan un toque jerárquico que no todos poseen, se parece a su padre, y eso pone a Augusto hinchado de orgullo.
Augusto es padre de Mario, Mario es su único hijo, tiene 16 años, y llego tarde a su vida, Augusto marcaba los 40 cuando nació Mario, lo vio crecer con amor, estuvo siempre a su lado, y al de su esposa cada vez que fue necesario, realmente lo ama y está orgulloso de él.
Los sábados por la tarde, ambos salen a caminar, Augusto compra el periódico y Mario disfruta del suplemento de farándula, caminan a casa juntos y toman un helado , Augusto coge siempre el hombro de su hijo a modo de abraso, mira de frente, eleva el mentón y luce orgulloso a su apuesto hijo. Eso es cierto, Mario es muy atractivo, es delgado, alto y de porte militar, el pelo rizado, las pestañas largas y los labios delgados, le dan un toque jerárquico que no todos poseen, se parece a su padre, y eso pone a Augusto hinchado de orgullo.
Esa tarde, suena el teléfono, y Mario contesta, Augusto coge el teléfono sin notar que su hijo ya había respondido, alcanza a oír una frase de su hijo, dirigida con cariño a quien escuchaba a la distancia “ te veo en 5 minutos en la esquina de mi casa BEBE”, y colgó el auricular.
Augusto sintió un hormigueo en el estómago, una complicidad innata, su hijo enamorado?, cómo se pasaba el tiempo?, recordó esas sensaciones como si fuese él mismo el protagonista, sentado en la sala, con la pierna cruzada esperó que pasen los 5 minutos, al cabo de ese tiempo, se puso de pie, se acercó a la ventana y observó a Mario llegar a la esquina y encontrarse con Gustavo, su mejor amigo, cómplice de pijamadas y demás travesías adolescentes, ambos se encontraron gratamente, Augusto cerró los ojos y entendió.
Hoy es sábado y Mario camina abrazado por su padre, toman helados, y Augusto tiene el mentón elevado, el pecho erguido y regresa como cada sábado a su casa, luciendo orgulloso a su único hijo.
esta mui lindo, en serio genial y bueno las cosas hoy en dia estan de esta manera, no se puede tapar el solo con un dedo jaajaja, ademas la integridad de una persona no tiene relacion con su condicion sexual, felicidades por el relato ...
ResponderEliminarjavier
Muchas gracias Javier.... ahi seguiremos asi de inspirados.. si se puede claro..
ResponderEliminarExcelente relato. Felicidades.
ResponderEliminarla verdad esta muy padre y pues ojala hubiera papas asi que tienen la mente muy abierta y apoyan a sus hijos en lo que sea.
ResponderEliminarLastima que el mio no es asi y eso duele mucho por que el me ha expresado un poco de desprecio a los gays.