martes, 18 de agosto de 2009

cibertouch


Al Otro LadO de La Compu…


Muchas veces hemos llegado entusiasmados a una cabina de internet o encendido apresuradamente la maquina que papá dispuso en nuestra habitación, e ingresado de la manera más audaz a una de esas salas de conversación virtual o chat, con títulos referidos a nuestra opción sexual, la palabra GaY domina esos títulos. De esa manera abrimos una puerta y ahora es cosa de ingresar al salón, capturar las miradas y ligar al galán más adecuado a nuestros gustos.
Nuestra vida requiere siempre de algunos espacios en lo que debamos ser protagonistas, el actor principal de algunas escenas, suele pasar al llegar a la gerencia de la empresa, a la ´presidencia del directorio, al ser elegido el empleado del mes, el mejor alumno de la clase, el rey de la fiesta de promoción, el que se sacó la lotería, el que usó el disfraz mas lindo la última noche de brujas.. en fin, esos espacios son vitales, y llegan con el tiempo pero muchas veces no llegan o tardan demasiado y se convierten en una frustración que arrastramos el resto de la vida que nos toque seguir. Algunas veces creamos imaginariamente esos momentos de éxito, y usamos algunos espacios innovadores para ser lo que en la vida común y corriente no encontramos.
Hola, tu edad y opción, preguntas clásicas, cuando la intención es sexual, luego viene la tradicional Cómo eres? Y uno puede explayarse al describir a los galanes que se ha encontrado en dichas salas, hemos sido artistas de la estética en proporciones, colores y texturas, y hasta los atuendos más atrevidos. Muchas veces hemos jugado con el tiempo, el de 16 años siempre tiene 19, el de 31 siempre 26, el pasivo siempre es moderno, y el activo, afirma siempre ser discreto, coincidencias, o cotidianeidad en dichos foros. Pero me parece genial que exista n, esa falsa forma de vivir en un personaje que no somos. En un país como el nuestro, uno puede encontrar en sus salas de chat gay, gente caucásica de estilo nórdico, o enfrentar una conversación en portugués mal redactado, o en inglés de títulos de canciones, cuantos espacios que no se logran en la vida común son ocupados por estas fantasías de chat, cuantas frustraciones se evitan gracias a estas conversaciones, claro, siempre y cuando queden ahí, en simples conversaciones, el tiempo y la química suelen dar espacios a rutas más personales, a los correos electrónicos, a mostrarse parcialmente y poco a poco.. a sincerarse.
Una vez utilicé mi inglés primitivo para comunicarme con un grupo de tailandeses de inglés tan primitivo como el mío, la conversación fue muy fluida, ambos usábamos un lenguaje que no era el nuestro para poder acercarnos, así sucede en el chat, uno se pinta galán y se encuentra con un galán tan igual a uno, que cuando por fin se muestra tras la computadora, no se desencanta porque la contraparte es tan igual a nosotros mismos que jamás increpamos a la falsa descripción referida, a ese metro ochenta que resulto en uno y sesentaicinco, a esos ojos azules que resultaron caramelos, y esa discreción que se desluce en amaneramientos de fondo y forma.
Pobres de aquellos gays de épocas previas a la cibercomunicación y que brillantes aquellos que en esa época, lograron convivir sin esas facilidades.

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