sábado, 22 de agosto de 2009

con ellas NADA


Adiós al Cole
IX


En dos días sería la fiesta de promoción, un evento que preocupa a cualquiera, Gabriel había seleccionado el traje perfecto, un terno negro, una camisa blanca e inmaculada y una corbata de seda anaranjada, que había sido más costosa que todo el resto del atuendo, medias de hilo negras también y un par de zapatos, de punta cuadrada y de relieve tan bajo, que el pie parecía traslucirse en ellos, una correa de hebilla gruesa, y un anillo de oro regalado por su madre, para ser usado en el dedo pulgar de la mano izquierda. Su acompañante había sido seleccionada dentro del escaso grupo de mujeres que acudía al Punto, claro, una de las menos varoniles, esa noche ella transgrediría su usual estilo para lucir algo de inocencia y delicadeza, aun así ella tenía un par de años mas que Gabriel, pero estaba dispuesta a ser la compañía que él necesitaba esa noche.
Jano si tendría algunos problemas para el bendito baile, había dejado de lado el asunto del traje, para preocuparse de la compañía de esa noche, él se había desvinculado del grupo, no había asistido a muchas fiestas, ni a la iglesia, usuales lugares en los cuales podría haber conocido a alguien, además no estaba dispuesto a repetir la estrategia de Gabriel. Afortunadamente sus reuniones del domingo, esas del futbol, le permitieron el reencuentro con sus amigos del colegio, y en ese grupo, estaban lo chicos mas sociales del salón, así que uno de ellos ofreció presentarle alguien a Jano, saldrían esa tarde, su amigo y la pareja que él llevaría y una amiga además para que Jano conociera y se atreva a decirle si podía ser su acompañante l baile de promoción pese a que la fiesta sería la noche siguiente.
Se juntaron en una heladería y caminaron, los cuatro parecían muy amigos, pese a que Jano recién conocía a las chicas, Susana, la amiga que fue presentada esa tarde era una niña preciosa, Jano era un tipo muy guapo, es por eso que su preocupación era infundada , habían en esa ciudad, que vive bajo el estereotipo del “pueblo chico”, varias adolescentes que conocían a Jano, o por lo menos sabían de él, y más de una se moría literalmente, de ser su pareja esa noche, al amigo de Jano no le costó trabajo cumplir con el encargo.
Durante la caminata, Jano y Susana se retrasaron un poco, Jano atinó galantemente a halagar lo bien que se veía Susana esa tarde, ella no era muy alta, creo que llegaba a medir 1,65 m, era de cabellos dorados y rizados, y estos caían bajo sus hombros, esa tarde lucia una polo pegada color rosa y un pantalón de jean ajustado, haciendo notar sus curvas muy bien delineadas, sobre todo aquellas inferiores a su cintura, su sonrisa era franca y muy seductora al mismo tiempo. Susana aceptó inmediatamente la propuesta de Jano y se atrevió a insinuar que esa noche tenía que ser especial, que conseguiría el permiso para llegar a casa al amanecer y que podrían asistir después de la fiesta a la casa de un amigo que organizaría una fiesta de cierre, en la piscina, donde obviamente el alcohol y algo de desenfreno adolescente serían los protagonistas.
El día de la fiesta, Jano recogió a Susana en un taxi, fue puntual, ella estaba lista y lucia hermosa, un vestido rosa, largo y entallado, además de unas sandalias de taco alto que le hacían lucir los pies más sensuales que Jano jamás hubiera imaginado, el no sabía lo que estaba sintiendo, no era deseo, era admiración, y algo de química, estaba orgulloso de poder lucirla esa noche, el estaba vestido de negro, totalmente , excepto la corbata que era rosada y con flores en relieve, se había rasurado la cabeza, y se veía muy bien, se sentía bien además.
Los chicos miraron extrañados a Gabriel, y fueron cómplices de su forma de divertirse esa noche, Jano fue envidiado plenamente, sobre todo porque se notaba esa especial afinidad que delataba Susana hacia él, en más de una vez, ella lo abrazó y susurró hacia su oído, si bien es cierto Jano lo tomó con naturalidad, el resto veía ahí una insinuación muy obvia, para conseguir algo mas esa noche.
Antes de las 2 un grupo que incluía a Jano y Susana, a Gabriel y a su acompañante, enrumbo a la casa de Manuel, el amigo cómplice que ofrecía la fiesta del cierre alrededor de su piscina, el alcohol abundaba y ya había algo de desenfreno, los tonos de voz se elevaron, la música aturdía al vecindario, eran más 20 parejas elegantemente vestidas, quienes se quitaban los zapatos, los sacos y las corbatas y con una cerveza en la mano, bailaban esparcidos por toda la casa. Más de uno había iniciado la parte afectuosa, los sillones eran compartidos por parejas acariciándose, y más de una habitación estaba ya ocupada con algunos que se iniciaban en las rutas del sexo. Gabriel, había bebido demasiado, miraba a Jano con ira, se había acercado a él y le había insinuado una fuga sexual, Jano, había sido frio y le había dicho de que no era el momento de hablar de eso, pero que tendrían que conversar. Susana miraba a Jano con cierto deseo, lo había tomado de la mano y no lo soltaba, Jano era indiferente pero complacía esos afectos, eso enojó mucho a Gabriel quien terminó sentado al borde de la piscina , bebiendo, rodeado de otros algo decepcionados, a quienes confesó sus debilidades pasionales, detalle que fue olvidado por Gabriel, pero no por el resto, los días siguientes.
Susana besaba la oreja de Jano, su lengua jugueteaba, Jano no había bebido nada, se sentía halagado por las insinuaciones de su amiga, pero no había ninguna emoción que le permitiera seguirle la corriente, en algún momento ella lo besaba, y él le seguía el ritmo, en otro momento ella lo tocaba y el empezó a transpirar. En cuanto menos imaginó, estaban en una habitación, ella había deslizado su vestido , y lucia su pecho desnudo frente a Jano, él la veía simplemente hermosa, perfecta, Susana puso las manos de Jano sobre ella, sobre sus pechos, ella además se atrevió a tocar a Jano, a introducir sus manos al pantalón del futbolista más guapo del colegio, ella recorrió la parte posterior, y se encontró con unas nalgas redondeadas, y endurecidas, la sensación de la pilosidad menuda que dominaba esa zona, excitó más a Susana, cuando ella intentó explorar la región anterior, Jano la frenó bruscamente, la ausencia de excitación y de alcohol en Jano, lo hacían más racional, el había descubierto que no había sensación alguna frente a ellas, ni siquiera frente a Susana, atinó darle un beso tierno y a decirle, nena no es el momento, no quiero que sea así, ella lo miró a los ojos y le susurró, que ella esperaba que su primera vez sea especial, y que Jano era especial, el insistió, no es el momento, cogió su saco y salió de la habitación, ella se quedo sola , vistiéndose y con mil dudas.
Gabriel observó a Jano cuando ingresó a la habitación, se sintió muy enojado, una lágrima se deslizó por su rostro, cogió una botella de la mesa, y salió corriendo de la fiesta, olvidando incluso a su acompañante, al cabo de unos minutos llegaba a casa de mariano, y tocaba bruscamente su puerta, lo reclamaba, lloraba abiertamente, y no comprendía bien el porqué.

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