domingo, 16 de agosto de 2009

PacTos


De PaCtoS
VIII


Jano miraba el techo, estaba tendido sobre su cama, la música sonaba fuerte, pero él no se percataba siquiera de que sonaba, la habitación se fue tornando oscura, el sol descendió y el tampoco pareció notarlo, en su mente giraban varias cosas, simultáneamente. Había decidido poner las cosas en claro. Se preguntaba sobre su futuro, sobre sus gustos sexuales, sobre lo que estudiaría, sobre Gabriel y lo que pasaría con él. Se había dado ya varias tentativas respuestas, y algunas luces aparecían al final de ese túnel. Se puso de pie y fue en busca de su mamá.
Gabriel había entrado esa tarde al cuarto de sus padres, se había sentado frente al tocador de mamá, se miraba fijamente al espejo.
La mamá de Jano tomaba café en la cocina, mientras prepara la cena, Jano la miró y se sentó frente a ella, no sabía cómo iniciar esa conversación, parece que ella lo notó y tomó la iniciativa, le preguntó cosas rutinarias, cómo estaba la escuela, y sobre sus amigos y de la fiesta de la noche previa, el respondió brevemente, hasta que ella le preguntó sobre lo sucedido con Gabriel en la heladería, Jano se puso nervioso, su corazón latía fuerte, no solo mas rápido de lo usual, si no fuerte, se podían escuchar sus latidos, sus manos se humedecieron, y sintió una necesidad imperiosa por llorar, no supo que decir. ¿Qué sucede entre tú y ese chico?, el bajo la mirada, no sé realmente mamá, ella quiso llorar pero se mantuvo firme, hijo, puedes contar conmigo para lo que gustes, no quiero que me cuentes detalles de tu vida, pero sí tener un panorama de lo que te está pasando, acuérdate que somos tus padres y siempre estaremos contigo, Jano empezó a llorar. Mamá creo que soy homosexual, dijo él, con la cabeza gacha, ella se tambaleó, una lágrima corrió en su mejilla, pero no dio muestras de desacuerdo, hijo, aun eres un niño, hay cosas que irás descubriendo, yo no voy a decirte nada sobre lo que estas sintiendo, porque tú eres capaz de poder resolver esas dudas, pero si descubres que en realidad eres así como dices, yo estaré contigo como lo estoy ahora, las cosas no van a cambiar entre nosotros, ella lloraba a gritos por dentro, el sollozó, gracias mamá, ella supo que si él había comentado lo que le dijo esa noche, era porque no tenía dudas, y que ya habría pasado algunas rayas. Ella tenía mil temores, no por lo escandaloso que podría resultar el asunto, si no por el mundo que debería enfrentar su hijo con una opción sexual diferente.
Jano la miró a los ojos y le dijo mamá quiero estudiar arquitectura, voy a prepararme para eso, no quiero depender de nadie, quiero ser mi propio jefe, y ten la seguridad de que seré así como me vez, no quiero que sientas vergüenza de mi, ella lloraba francamente. Se puso de pie y lo abrasó poniendo la cabeza de Jano sobre su vientre y presionándolo fuertemente hacia ella. Te quiero bebe le dijo casi susurrando, y yo a ti mamá, ella se separó de él, lo miró fijamente y le dijo: que tu papá no se entere de esto, el no sabría como entender las cosas que pasan en el corazón, tu lo conoces, el te quiere, pero no entendería, que sea algo entre tú y yo, el afirmó en silencio, pero si le contaremos que tendrá un hijo arquitecto, ella sonrió y él lo hizo débilmente.
Gabriel observaba el tocador de mamá, había cruzado sus piernas, muy juntas una a la otra, cogió un lápiz que encontró sobre el tocador y lo deslizó sobre el borde inferior de sus ojos, luego engrosó sus pestañas con un cepillo negro y pequeño que introducía en un frasco alargado, pintó sus labios de rojo y los delineó perfectamente, puso algo de polvo en sus mejillas, algo rosa, y se observó frente al espejo, se contempló largamente, se gustaba , al cabo de un rato se puso de pie corrió al baño y se enjuagó el rostro, sonreía internamente.

1 comentario:

  1. ... el liquido grasoso y rosa se desvanecia por el lavadero, el vapor empañaba el espejo q tenia al frente, tenia el rostro duro y firme, con pequeñas marcas del maquillaje, en mi se fue mezclando aquel olor de carmin en los labios y verguenza en los ojos... estaba contento.

    en si el hecho no era ser un Maricon mas, no encontraba fuerzas ni razones suficientes para enfrentar todo ese mundo q venia lleno de tacones y peleas, no tenia q hacerlo, no era mi derecho.

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